Los acúfenos, también llamados tinnitus, son zumbidos, pitidos, silbidos o ruidos extraños que se perciben sin que haya ningún ruido externo que lo produzca.
Afectan a un alto porcentaje de la población entre 50-70 años no encontrando diferencias entre sexos. Están causados en su mayoría por pérdida de la audición con la edad o por ruidos intensos. No suelen deberse a enfermedades graves y disminuyen con el tiempo.
El oído interno se divide en la cóclea, que se encarga de la audición y de los canales semicirculares, que se encargan del equilibrio. Las causas de los acúfenos en su mayoría se producen en el oído interno, a nivel de la cóclea, mientras que en un pequeño porcentaje están en el cerebro y en el oído medio.
Los acúfenos pueden producirse sin que conlleve ningún significado, como los que se producen al ascender a determinadas alturas o al sonarse, por ejemplo.
Se clasifican en objetivos y subjetivos:
Hay una serie de posibles causas que se pueden localizar a tres niveles:
PRONÓSTICO
Hasta en 75% pueden llegar a desaparecer o mejorar aunque en un pequeño porcentaje persisten o empeoran.
Si se objetiva alguna causa el tratamiento será dirigido a corregir la misma. Son eficaces técnicas de relajación frente al estrés y como tratamiento un antidepresivo. No deben administrarse fármacos del tipo de vasodilatadores cerebrales. El especialista debe de valorar si aparecen acúfenos objetivos o si se asocian con sordera o aparece a la exploración neurológica alguna alteración y también cuando persistan a pesar del tratamiento o no se encuentre la causa.
Hay que evitar la exposición a ruidos intensos, evitar comidas como chocolate y alcohol o bebidas con cafeína. Evitar el tabaco ya que la nicotina empeora los acúfenos en un 50% y hay que tener cuidado con fármacos como la aspirina, antinflamatorios y una serie de medicamentos como los antigripales que contienen cafeína.
Enviado por Jorge Urbano