El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria difusa, crónica, de la vía aérea que cursa con episodios de obstrucción generalizada y reversible, bien de forma espontánea o con tratamiento. Se acompaña de hiperactividad bronquial que es un aumento de la respuesta de la vía aérea, con obstrucción bronquial ante gran variedad de estímulos exógenos.
Es una patología importante en nuestro medio, entre otras cosas, por su alta prevalencia (es decir, proporción de enfermos que padecen la enfermedad), de un 4-5% de la población adulta, y de un 7-10% en la población infantil, con importantes variaciones en distintos países.
Se sabe que existen grandes diferencias entre los distintos países en cuanto a la prevalencia de la enfermedad, lo que nos indica la posible influencia de múltiples factores en la aparición de la enfermedad como son factores genéticos, exógenos (contaminación, tabaco, virus, nutrición¿), alérgicos, que llevan a una inflamación de la vía aérea en la que intervienen múltiples mediadores.
Pensaremos en la existencia de asma bronquial ante pacientes con historia de fatiga en relación con irritantes inespecíficos acompañada de clínica alérgica de vía aérea alta (secreción nasal acuosa, estornudos, escozor ocular¿), que cursa con sibilancias (llamado popularmente «pito») durante los episodios de descompensación.
En el asma bronquial alternan periodos de obstrucción con otros de función ventilatoria normal; en algunos casos aparece una evolución tórpida que termina en obstrucción crónica del flujo aéreo (OCFA).
En cuanto a la clasificación, según conozcamos o no el agente desencadenante, lo clasificaremos en asma EXTRÍNSECO o INTRÍNSECO; y según las manifestaciones clínicas en:
El diagnóstico del asma bronquial se basa en la historia clínica, la exploración física y la demostración mediante pruebas de función ventilatoria de la aparición de una obstrucción reversible al flujo aéreo.
La Espirometría es una prueba sencilla que se puede utilizar a nivel de consulta de Atención Primaria; correctamente utilizada nos aporta mucha información siempre que sea realizada por una persona que conozca la metodología. Esta prueba nos indica, a través de baremos objetivos, la presencia de obstrucción en el flujo aéreo.
El Test de Broncodilatación resulta también sencillo y es posible utilizarlo en consulta de Atención Primaria, nos puede demostrar la reversibilidad de la obstrucción bronquial.
Algunos pacientes no tienen clínica clara, y no se observa en la exploración ni en las pruebas de función ventilatoria datos de obstrucción. En estos casos puede estar indicada la realización de Test de Provocación, que nos demostrará la existencia de una hiperreactividad bronquial y el grado de la misma.
La presencia de clínica atípica y pruebas alérgicas positivas a neumoalergenos nos daría el diagnóstico de asma extrínseco.
MEDIDAS AMBIENTALES: evitar la exposición a neumoalergenos, como polvo de casa en caso de hipersensibilidad a ácaros o uso de acaricidos, separación de animales domésticos en caso de hipersensibilidad a alergenos animales o evitar en época de polinización espacios abiertos como parques, o viajar en coche con ventanillas cerradas en caso de hipersensibilidad a pólenes.
EXTRACTOS HIPOSENSIBILIZANTES: este tratamiento ha de ser realizado por médicos expertos con las precauciones correspondientes para evitar posibles complicaciones. Su efectividad ha sido probada en pólenes.
Tratamiento PREVENTIVO, fundamentalmente corticoides en inhalados. Precaución en el caso de los niños con los efectos secundarios, sobretodo durante el crecimiento.
Tratamiento SINTOMÁTICO en las descompensaciones, con broncodilatadores fundamentalmente por vía inhalada y corticoides por vía sistémica (a través de la sangre).
El tratamiento en el adulto depende del diagnóstico del asma: leve, moderado o grave.
Los pacientes asmáticos deberán participar con regularidad de los programas de salud y en el caso de los niños, en los programas de vacunaciones; por su medio respiratorio no está contraindicada ninguna vacunación del calendario oficial. Como norma general, en estos pacientes deberá evitarse el sobrepeso.
Las infecciones de vías respiratorias juegan un papel desencadenante de crisis asmáticas, por lo que deberán evitarse en la medida de lo posible. Todo paciente asmático debe ser vacunado anualmente frente a la gripe.
De todos es conocido el papel que el estrés y la ansiedad juegan en el desencadenamiento de las crisis asmáticas. Se precisa para el control de esta enfermedad una correcta coordinación entre paciente, familiares y servicios sanitarios, así como entre Atención Primaria y Especializada. Se ha de tener en cuenta que un control inadecuado de la enfermedad conlleva una pérdida en calidad de vida, además de importantes costes económicos y absentismo laboral y escolar.
Salvo en situaciones de asma no controlado o casos muy concretos y seleccionados no deberá restringirse la práctica de actividades deportivas ni la participación de los niños en excursiones, colonias, campamentos de verano¿ Los deportes más propiciadores de crisis son los que exigen carreras (atletismo) mientras que la natación en piscina se tolera en general muy bien.
En el medio familiar evitaremos ambientes secos, calefacción y temperaturas elevadas, presencia excesiva de alfombras, moquetas, plantas, sobretodo en caso de hipersensibilidad a ácaros, pólenes¿En general, pacientes asmáticos, alérgicos a los ácaros de polvo doméstico pueden beneficiarse de estancias en altitudes superiores a los 1.000 metros, dado que a partir de aquí los ácaros disminuyen en gran cantidad; pacientes asmáticos, alérgicos al polen se benefician de vacaciones en la costa.
Es uno de los principales irritantes broncopulmonares conocidos. En casa de un asmático no debe fumarse nunca. Finalmente decir, en cuanto a la evolución clínica de la enfermedad, que el 50-80% de los pacientes tiene buen pronóstico, sobretodo, en los que la enfermedad es leve y aparece en la niñez.
Enviado por Grecia Alemán