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Beneficios de la leche materna

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Propiedades Nutricionales

La leche materna provee al bebé con una serie de elementos nutrimentales que lo ayudan a prevenir enfermedades y a desarrollarse de una forma más sana y completa que con cualquier otra leche. Dentro de estos elementos que aporta la leche materna, están:

Oligoscáridos. La leche materna contiene más de 50 oligosacáridos, cuyas funciones favorecen el crecimiento de lactobacilos a nivel intestinal, lo que implica ventajas anti-infecciosas para el niño, y logra una mayor acidificación de las heces.

Otro oligosacárido de la leche materna actúa como un falso receptor en la faringe, captando bacterias implicadas en problemas respiratorios infantiles. Las fórmulas infantiles no contienen oligosacáridos.

Proteínas. La ventaja del predominio de proteínas del suero es que aportan un alto contenido de variadas y múltiples inmunoglobulinas, como la lactoferrina, que proporcionan al bebé las defensas naturales que todavía él no puede fabricar. Contiene también albúminas y lactoalbúminas, que permiten al nuevo ser digerir los compuestos propios de la leche, como la lactasa. Algunos niños carecen de estas enzimas, y algunos adultos también, y es cuando debe administrarse una fórmula láctea baja en lactosas.

Caseína. La leche materna contiene caseínas, que son de fácil digestión, influyen en el patrón de sueño del bebé y participan en su desarrollo neuronal.

Grasas. La leche materna contiene colesterol y ácidos grasos, que influyen en el desarrollo y la actividad neuronal.

Hormonas. La leche materna cuenta con hormonas que diminuyen los procesos infecciosos; ayudan a la maduracion del páncreas; tienen implicaciones en el ámbito cerebral, etc. Las fórmulas infantiles carecen de hormonas.

Enzimas. Favorecen la absorción de grasas y la absorción de almidones, características también ausentes en fórmulas

Propiedades Inmunológicas

Los niños alimentados con leche materna se enferman tres y media veces menos que los alimentados con fórmula. Al amamantar a tu bebé logras prevenir infecciones, y un menor riesgo de enfermedades y hospitalizaciones.

Protección y desarrollo dental: El esfuerzo que implica la succión de tu bebé favorece que el desarrollo facial se haga de manera más adecuada. La presencia de caries es menor en un 50% en los niños alimentados con leche materna. Cabe recordar que el síndrome de biberón no se presenta en los niños amamantados.

Impacto psicosocial: El contacto piel a piel inmediatamente después del nacimiento de tu bebé, favorece un intercambio emocional muy positivo entre tu bebé y tú, y la interacción posterior estimula su desarrollo psicomotor y social. Al atender las necesidades afectivas se favorece la seguridad de tu bebé en sí mismo. El o ella siente tu calor, tu olor y escucha los latidos de tu corazón mientras se alimenta y se siente seguro y protegido en tus brazos. Es como recobrar un poco la intimidad que perdió cuando estaba en el interior del útero.

A través de mediciones del coeficiente intelectual en edades posteriores a la lactancia, se han obtenido evidencias, tanto en recién nacidos prematuros como en los nacidos a término, que el desarrollo intelectual del niño alimentado con el seno materno es más completo.

Enviado por Javier Delgado

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