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Coagulación intravascular diseminada

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Descripción

Coagulación intravascular diseminada trata de un trastorno adquirido de la coagulación sanguínea en la que se produce una activación excesiva de la misma, lo que da lugar a la formación de trombos (agregación de factores sanguíneos, sobre todo plaquetas y fibrina -sustancia que tiene la propiedad de coagularse en contacto con el aire-, con atrapamiento de elementos celulares, que produce a menudo obstrucción de la luz de los vasos sanguíneos).

Como consecuencia del consumo progresivo de factores de coagulación y plaquetas tras esa activación excesiva, en fases finales de la enfermedad se produce el fenómeno opuesto, consistente en hemorragias generalizadas.

Debido a la formación de trombos en la luz de los vasos sanguíneos, se producen alteraciones en el aporte sanguíneo a los distintos órganos y sistemas, produciendo alteraciones en su función e incluso muerte celular (necrosis).

Así mismo, el paso de sangre por el vaso estrecho puede provocar rotura de células sanguíneas (hemolisis). Todo ello puede llevar a un fallo multiorgánico tratándose de una situación muy grave y potencialmente mortal.

Causas

Existen diversas etiologías (causas) capaces de poner en marcha este síndrome, activando de forma patológica la coagulación.
Entre ellos tenemos infecciones generalizadas (sepsis) por microorganismos (sobre todo los gram-negativos, que son un grupo de microorganismos con una tinción especial mediante técnicas de laboratorio), problemas de obstetricia (todo lo relacionado con el parto, embarazo, periodo posterior al parto, etc.), cáncer (cualquier tipo de cáncer, pero es frecuente el cáncer sanguíneo), fenómenos autoinmunes, enfermos con grandes traumatismos, etc.

Síntomas

La forma de presentación más frecuente son las hemorragias, en concreto a nivel cutáneo y en los tejidos lesionados por intervenciones quirúrgicas, manipulaciones o enfermos con distintas enfermedades de base.

Otras posibles manifestaciones son la fiebre, si existe infección de algún tipo, o cianosis (coloración azulada) en regiones distales del organismo. La trombosis de los vasos ocasiona alteraciones en el aporte sanguíneo a los distintos órganos y sistemas del organismo. Esto se traduce en alteraciones en su función apareciendo insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, etc.

La aparición de shock (cuadro de déficit de aporte sanguíneo al organismo por hipoperfusión sanguínea) en ausencia de un cuadro hemorrágico que lo justifique, es característico del cuadro de coagulación intravenosa diseminada.

Puede y, generalmente, suele ser un proceso agudo, si bien, debemos recordar que sobre todo en el caso del cáncer, las manifestaciones clínicas pueden ser crónicas.

Diagnóstico

Es fundamental ante la sospecha de coagulación intravenosa diseminada efectuar rápidamente pruebas de laboratorio y repetirlas de forma seriada, ya que los resultados varían constantemente. Por ello necesitamos pruebas eficaces y rápidas.

El diagnóstico se basa en las pruebas de laboratorio. En ellas encontramos alteraciones como consecuencia de la coagulación intravascular que son trombopenia (disminución del número total de plaquetas, que son un tipo de células sanguíneas) y consumo y disminución de los factores de coagulación, en concreto el fibrinógeno (sustancia albuminoidea soluble, existente en la sangre y otros fluidos animales, que, por la acción de un fermento, se descomponen, dando origen a la fibrina), factor V y VII y protrombina, así como la aparición de monómeros (compuesto químico constituido por moléculas simples) de fibrina. Con todo ello se alargan los tiempos de coagulación y el tiempo de hemorragia (que se ve en las pruebas sanguíneas).

También encontramos la consecuencia de la hiperfibrinolisis (aumento de los mecanismos anticoagulantes del organismo que intentan frenar este exceso de coagulación), y así vemos disminución de la antitrombina III y aumento de los productos de degradación del fibrinógeno y fibrinopéptido A.

Tratamiento

El tratamiento tiene tres puntos importantes. Por un lado y fundamental es el tratamiento de la causa que provocó el cuadro, ya que si no se controla, difícilmente obtendremos buenos resultados.

Por otro lado, debe administrarse heparina, que es un fármaco anticoagulante y su misión es disminuir la coagulación sanguínea exacerbada. En el caso en que predomine la fibrinolisis se pueden utilizar inhibidores de la fibrinolisis junto a la heparina.

El último tratamiento sería un tratamiento sustitutivo, que consiste en administrar sangre total o fracciones de la misma en caso de un descenso llamativo de los factores de coagulación, o bien existen fenómenos hemorrágicos importantes.

Con ello sustituimos los factores de coagulación, antitrombina III y plaquetas (tipo de células sanguíneas) consumidas por el estado de hipercoagulabilidad.

Enviado por Grecia Alemán

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