Saludisima
×

Convulsiones febriles

Compartir esta páginaShare on FacebookShare on Google+Tweet about this on Twitter

Descripción

Las convulsiones febriles tratan de una crisis epiléptica ocasional edad-dependiente, precipitada por un proceso febril, en un niño con una predisposición convulsiva constitucional.

Las crisis epilépticas son la manifestación clínica de una descarga anormal, excesiva e hipersincrónica de un grupo de neuronas (células nerviosas) de la corteza cerebral. Su forma de presentación dependerá de la función que desempeñe el área de la corteza involucrada. La repetición de estos eventos de forma aparentemente espontánea constituye una enfermedad crónica llamada epilepsia.

Clasificación

Las convulsiones febriles se clasifican en:

CONVULSIONES FEBRILES SIMPLES O TÍPICAS (85-90%):
Breves. Únicas. Generalizadas y simétricas. Éstas pueden a su vez ser: clónicas, que es la forma más frecuente, tónicas y tónico-clónicas o atónicas. Periodo post-crítico corto.

CONVULSIONES FEBRILES COMPLEJAS, COMPLICADAS O ATÍPICAS (10-15%):
Duración superior a 15 minutos. Múltiples (más de una en 24 horas o en el mismo proceso febril). Focales o unilaterales. Periodo postcrítico prolongado o parálisis de Todd.

Éstas últimas tienen menos probabilidad de ser verdaderas convulsiones febriles y más de ser convulsiones desencadenadas por la fiebre.

En las convulsiones febriles se excluyen las convulsiones debidas a una infección intracraneal, a causas neurológicas definidas, a trastornos metabólicos, a deshidrataciones hipernatrémicas , así como las crisis en presencia de fiebre en niños con antecedentes de crisis previa afebril.

Causas

Los factores precipitantes en un individuo con predisposición convulsiva constiucional son cualquier proceso febril, habitualmente por infecciones. Suelen ser infecciones de vías respiratorias altas, shigellosis, salmonelosis, etc., a veces también tras inmunizaciones (vacunas), por ejemplo, sarampión, tosferina, etc. Habitualmente es una fiebre elevada (más de 38ºC) y suele coincidir con una elevación o descenso brusco de la temperatura, apareciendo casi siempre en el primer día del proceso febril.

Si aparece a partir del segundo día, estamos obligados a descartar otras causas como etiología de la convulsión.

Síntomas

La clínica de las convulsiones febriles es una crisis epiléptica en presencia de fiebre y ausencia de procesos que justifiquen la convulsión. Suelen aparecer entre los 6 meses y 5 años de edad. Parece que existen antecedentes familiares en el 17-31% de los casos.

Diagnóstico

Debemos realizar una buena anamnesis (preguntar sobre el suceso) e historia clínica.

EXPLORACIÓN FÍSICA: exploración general y neurológica minuciosa encaminada a detectar el origen de la fiebre y a descartar otras causas de convulsión.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS: dentro de ella es muy importante el electroencefalograma (EEG), útil para descartar otro tipo de patologías que justifiquen la convulsión. No obstante, realizado durante el periodo postcrítico tiene poco valor y un EEG (electroencefalograma)anormal no predice de forma fiable el desarrollo posterior de epilepsia. Para catalogar una convulsión febril como simple o típica es necesario la presencia de un EEG (electroencefalograma) normal pasados unos días del episodio.
Otras pruebas complementarias que se realizarán en algunas ocasiones son: la punción lumbar, analítica sanguínea, radiografía craneal, TAC (tomografía axial computerizada) craneal.

EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO.

El riesgo de secuelas neurológicas en muy raro y se relaciona con la edad, duración de la convulsión y existencia de daño cerebral previo.

En conjunto el riesgo de tener una nueva convulsión febril tras la primera es del 34% y las recurrencias son más frecuentes en el primer año tras la crisis inicial.

Además, existen unos factores predictivos de recurrencia que son: edad, sexo, historia familiar, recidiva (repetición de la enfermedad), primera convulsión febril complicada.

El riesgo de desarrollar epilepsia a posteriori es del 3-5% en un niño con convulsiones febriles, frente al 0.5-1% de la población general. Aún así el riesgo de desarrollar epilepsia posterior está en función de los factores de riesgo asociados que son varios pero los de mayor peso son la presencia de convulsión febril compleja, la presencia de antecedentes familiares de epilepsia y la existencia de antecedentes personales de agresión cerebral sin secuelas aparentes.

Tratamiento

TRATAMIENTO INMEDIATO.
Si está en la fase crítica se debe controlar la crisis con sedantes del tipo de las benzodiacepinas (diazepam) por vía rectal y asegurar una respiración y ventilación aérea correcta. Tras ello actuaremos como en la fase postcrítica.

Si está en la fase postcrítica que es la situación más habitual, debemos tranquilizar al entorno familiar, colocar al niño en posición semierguida y reducir la temperatura corporal. Dado que en un 18% de los casos se repite la crisis en las siguientes 24 horas, se deben poner sedantes por vía rectal. Debemos también identificar y tratar el proceso causal. Tras todo ello se aconseja profilaxis si está indicada.

TRATAMIENTO PROFILÁCTICO (preventivo):
Trata de evitar recurrencias, crisis de larga duración y la angustia familiar.

Puede ser una profilaxis continua mediante antiepilépticos o una profilaxis intermitente que consiste en administrar sedantes durante los episodios febriles. Cada una de ellas con sus indicaciones concretas.

Enviado por Juan Carlos Mory

Agregar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*