Cronoterapia: todo a su tiempo

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Hoy sabemos que hay un auténtico reloj en el interior del cuerpo humano. Las variaciones de la presión sanguínea , la liberación de hormonas u otros factores , la temperatura corporal o la tolerancia al dolor físico dibujan valores pico y valle que se ajustan con precisión a ciclos temporales o a momentos concretos del día. No sin asombro, los médicos descubren ahora que aplicar un tratamiento en determinados momentos es mucho más seguro y eficaz que en otros.

Ciclos en el cuerpo

El organismo humano está regido por ciclos temporales que duran desde unos pocos milisegundos hasta varios meses. Nuestro cuerpo se rige por pautas rítmicas. Las más estudiadas han sido las que definen los ritmos circadianos, que siguen un patrón repetitivo a lo largo de 24 horas.

Pero hay otras que siguen patrones mas duraderos, los llamados ciclos ultradianos que, como en el caso de la menstruación o el embarazo, se amplían a días y meses. Hay también ritmos infradianos, como los milisegundos que requieren las neuronas para transmitir una señal, y otros ritmos estacionales, como las depresiones que acechan en determinadas estaciones del ciclo solar.

Del ritmo cardíaco se sabe que separa dos tiempos de sueño y vigilia, normalmente en horas de noche y día. Los sensores corporales llegan al extremo de condicionar determinadas actividades al influjo de las horas de luz, y otras a los períodos de oscuridad. Se sabe que trabajar de forma en que no se respeten tales ciclos orgánicos puede dar pie a un mayor número de accidentes laborales, estrés u otros problemas de salud.

Los relojes biológicos no son reprogramables y el empleo de estimulantes puede engañar a la somnolencia pero no a la salud. Uno de los ritmos circadianos que más curiosidad despierta es el de la temperatura corporal. Sin que la salud esté siendo perjudicada por una infección u otro trastorno el organismo humano experimenta variaciones de temperatura como consecuencia de las comidas o el sueño.

Otro sensor cronobiológico importante es la melatonina, una hormona segregada por la glándula pineal, cercana a los ojos que varía su concentración sanguínea en función de la luz ambiental.

Efectos ya probados

La cronoterapia consiste en adaptar los efectos de los tratamientos a las variaciones circadianas. Las enfermedades son sensibles a los biorritmos , de ahí que se intente adaptar cada tratamiento para administrarlo en el momento que sea más efectivo.

Se ha comprobado, por ejemplo, que anticoagular con heparina durante la noche es más eficaz que durante el día. También que una aspirina permanece más tiempo en el cuerpo si se la toma hacia las 7 de la mañana que si se la ingiere por la tarde. Los ataques de asma son siempre más insidiosos de madrugada y los ritmos circadianos condicionan el empleo de nuevos broncodilatadores para facilitar la respiración óptima del enfermo. Una sola dosis de estos fármacos antes de acostarse sería más efectiva que varias aplicaciones diurnas, disminuyendo de este modo los efectos secundarios.

La cronoterapia también se abre paso en la medicina oncológica. Se piensa que la división celular que da pie a la formación de tumores, sigue un ritmo circadiano. Por otro lado, el empleo de quimioterapia tiene el precio de un daño sobre los tejidos sanos. La clave, según los expertos, está en determinar en que momento del día las células normales son menos sensibles para aplicar la quimioterapia y cuando la división celular es más lenta en el órgano afectado.

Seguro que nosotros mismos percibimos cuá es el momento del día en que estamos más dispuestos a hacer alguna actividad, quieres hablar de ello? Hazlo aquí