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Cuidado de los pies

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El uso del calzado es casi tan antiguo como el hombre. En la Antigüedad, se utilizaban pieles y cueros para proteger los pies, lo que representa la antesala de los actuales zapatos. Incluso, para el hombre primitivo la utilización de calzado marcaba la diferencia de clase social.

Los pies deben estar cómodos dentro de los zapatos, ya que una horma muy grande o muy pequeña, puede causar problemas en todo el esqueleto.

En la actualidad existen miles de alternativas de calzado, pero una elección acertada puede marcar la diferencia entre una buena salud de los pies y un tormento que puede causar graves dolencias.

Los pies son los pilares fundamentales del esqueleto sostienen todo el peso del cuerpo y su función principal es movilizarnos, por ello cuidarlos es fundamental.

Cuidado de los pies en niños

¿Cuántas veces ha llegado a su casa después de una ardua jornada y siente que sus pies no dan más? Si le ha pasado, debe tomar medidas, porque el dolor de pies es un aviso inequívoco de que el calzado no es el adecuado y puede causarle serios daños en el esqueleto.

El cuidado debe comenzar en la primera etapa de la vida, porque es entonces cuando los pies están formándose y tanto la piel, como los huesos y ligamentos, se amoldarán al calzado y adoptarán la postura que, tal vez será para toda la vida.

El podólogo Luis Carmelo Pascual de la Universidad Complutense de Madrid, España, y experto en Cirugía Pediátrica y Fijación Interna del New York College, en Estados Unidos, explicó que las lesiones del antepié se deben fundamentalmente al uso de un calzado inadecuado, es decir, de suela dura y de material rígido, que impiden la torsión anatómica del pie.

«En los niños que usan zapatos demasiado cortos se observa un enrojecimiento en el dorso de los dedos y una constante flexión plantar de los dedos II al IV, con extensión de las falanges proximales (pequeños huesos del pie). Además, se nota una desviación del dedo gordo, lo que puede generar un pie plano transverso» agrega el especialista.

Cuidado con la horma del zapato

En los adultos el tema debe ser abordado de otra forma, ya que el pie está formado, por lo que la horma del zapato es fundamental. Debe permitir el calce el pie y no ser demasiado apretada ni demasiado suelta.

En cuanto a los tacones, el especialista recomienda no utilizarlos de más de tres centímetros de alto, porque pueden ocasionar graves daños no sólo en los pies, sino también en:

  • Tobillos
  • Rodillas
  • Meniscos
  • Cadera
  • Coxis
  • Columna, sobre todo en la región lumbarcon el posible riesgo de desarrollar una hernia discal.

Juanetes, callos y durezas

La exostosis dorsal, más conocida como «juanetes», se origina en el cabeza del primer metatarsiano (hueso lateral del pie), dolencia que normalmente viene frecuentemente acompañada de la deformidad de este hueso.

«Existen nuevos tratamientos para corregir este tipo de lesión, pero se debe tener cuidado, porque a menudo se utilizan técnicas quirúrgicas antiguas, que ya están obsoletas. Lo importante de la cirugía es que el experto observe el pie y el tipo de deformidad para que opte por el tratamiento adecuado para cada persona», explica Pascual.

En cuanto a la formación de callos y durezas, lo mejor es atacar la causa. Estas pequeñas lesiones del pie se originan por una mala postura y por el uso de un calzado poco adecuado.

Los callos y las durezas son un mecanismo de defensa del organismo, para evitar la formación de heridas y son un engrosamiento de la piel.

Las durezas que aparecen en la planta del pie se deben a un mal apoyo, por lo que deben tratarse con métodos ortopédicos. Las dorsales se producen por el roce y las que aparecen en los dedos, por compresión y se pueden evitar usando hormas más anchas.

Consejos para el cuidado de los pies

Según el podólogo, la mejor forma de cuidar los pies es aplicando medidas preventivas. Las recomendaciones del experto son:

  • Vigilar los pies desde el nacimiento hasta la edad escolar, para evitar mal formaciones o corregirlas antes de que el pie termine de crecer.
  • Evitar malas posiciones.
  • Utilizar calzado de materiales suaves.
  • Mantener un movimiento simétrico entre ambas piernas.
  • No utilizar «zapatos correctores», sin la supervisión de un especialista.
  • Visitar periódicamente a un podólogo.

En la etapa adulta hay que enfatizar en el tipo de calzado, que debe ser cómodo y de materiales naturales. En cuanto a los calcetines, éstos deben ser también de fibras naturales que permitan absorber la transpiración del pie.

Para las personas de la tercera edad, Pascual recomienda que visiten al especialista en forma recurrente, ya que en este período factores como la mala circulación, la deshidratación de la piel o las enfermedades asociadas con la edad pueden producir problemas en las extremidades inferiores, las que pueden acentuarse y causar fuertes dolencias.

Fuente: Luis Carmelo Pascual González, podólogo de la Universidad Complutense de Madrid, España, experto en cirugía pediátrica y en fijación externa de la Universidad Complutense de Madrid y del New York College, en Nueva York, Estados Unidos.
Por M. Francisca

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