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Desarrollo del lenguaje en el bebé

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La comunicación sirve para cubrir nuestras necesidades, satisfacer nuestros deseos y transmitir nuestros pensamientos, ideas y sentimientos, y puede llevarse a cabo mediante señas, gestos y/o lenguaje, es decir, todo lo que nos sirva para transmitir un mensaje.

El lenguaje (ya sea oral o manual) es un sistema convencional que facilita la comunicación, y favorece el aprendizaje, la reflexión, la planeación y la elaboración de pensamientos complejos.

Según Romero, el desarrollo del lenguaje se puede describir en cinco etapas, las cuales van de la mano con el desarrollo mental.
Estas etapas son:

Bebés de 0 a 1 – 1/2 años: Etapa prelingüística

– La comunicación se da a través de señas, gestos o ruidos

Háblale bien a tu hijo o hija desde que es un bebé. No distorsiones las palabras, hablando como si tú tuvieras dos años de edad: no le digas «gua-guá», sino «perro», por ejemplo. Mientras mejor le hables, mejor aprenderá a hablar, porque el aprendizaje del habla se realiza, fundamentalmente, por imitación de los sonidos, aunque después se liguen con su significado.

– Las emisiones del niño (balbuceos) no son parecidas a las palabras de los adultos.

– Los niños se interesan por los objetos y hacen con ellos cosas diferentes (golpearlas, aventarlas, chuparlas, etc.). También los utilizan con fines específicos (la taza para tomar, el peine para peinarse). Empiezan a notar la desaparición de los objetos, es decir, se dan cuenta de que los objetos siguen existiendo aun fuera de su campo visual. Realizan acciones espontáneas con los objetos (comer con una cuchara cuando no los ven).

– Entienden lo que se les dice a través de palabras clave y con ayuda del contexto y las situaciones específicas. Por ejemplo, si alguien les dice: «dame el «bibi» que está en la mesa», entiende «bibi» y «mesa» solamente.

– Tu hijo o hija comenzará a utilizar patrones emocionales convencionales para diferentes propósitos comunicativos: inflexiones de alegría o enojo al balbucear y al querer conseguir algo. Producirá sonidos aislados, en sílabas o en secuencias de sílabas (aaaa bbbb, ba – gu, paba – tata).

– Muestra interés por establecer comunicación: mira a las personas cuando quiere obtener algo, y una vez conseguido el contacto visual puede señalar en combinación con balbuceos. Establece el contacto visual con su interlocutor, se involucra en secuencias de turno, en juegos de «riki ran / el escondite» etc. Sus mensajes tienen un propósito: quiere que lo carguen, que le den el chupón, que no se vaya mamá, etc. además de que comprende los propósitos comunicativos de otros, por ejemplo, lo que quieren sus papás.

Bebés de 1 a 2 años: Etapa de una palabra

– La mayoría de las emisiones del niño son reconocidas como palabras o aproximaciones a las palabras; es decir, puede decir «papo» por zapato, «aba» por agua, etc.

– En su juego utiliza objetos para sustituir otros los cuales se pueden ver, por ejemplo, usa un palo como cuchara. Imita las acciones que otros hacen fuera de la presencia del modelo, como cuando juega a darle de comer a su osito.

– Parece comprender el lenguaje sin necesidad de señalización y gestos, siempre y cuando se le hable del aquí y del ahora.

– Hace uso de una misma palabra para referirse a objetos de clase distinta (por ejemplo, llama «papá» a todos los hombres adultos).

– La mayoría de sus emisiones son con una palabra, con la cual pretende expresar una idea completa.

– Utiliza las palabras con diferentes propósitos («mamá» para llamarte o para indicar que quiere un objeto, etc.)

– Acorta las palabras largas y difíciles, estilizando los sonidos que puede pronunciar (zapato: «papo»)

Bebés de 1 1/2 a 2 1/2 años: Etapa de lenguaje telegráfico

– El niño utiliza emisiones que en su mayoría constan de dos o más palabras. Sin embargo, aún no son reconocidas como oraciones porque no usa verbos conjugados. Por lo general sus emisiones contienen sustantivos, verbos y adjetivos, pero no artículos, pronombres ni preposiciones.

– Empieza a formar emisiones largas, a veces poco comprensibles. · Utiliza más palabras, y éstas son más específicas.

– Su lenguaje es bastante entendible para los extraños. · Inicia el uso de concordancias de género, número y tiempo, como «el niño, la niña, los niños» o «el lunes fui a la escuela».

– Utiliza combinaciones de palabras con diferentes propósitos comunicativos: «coche papá» (el coche de papá), «papá coche» (papá se fue en el coche) y en sus combinaciones de palabras enfatiza o dice primero, aquella que es más informativa («casa mía»).

– Se vuelve mucho más conversador, en el sentido de que puede responder a la persona con la que platica, mientras sea ésta quien lleve la conversación.

De 2 a 3 1/2 años: Etapa de una palabra

– La mayoría de las emisiones del niño son reconocidas por los adultos como frases u oraciones, porque tienen un verbo conjugado e incluyen todas las palabras que componen una oración: «El niño está comiendo sopa de animales».

– Las emisiones tienden a ser breves y algunas aún dependen de lo que sucede alrededor para que se puedan entender.

– Se interesa por los nombres de las cosas y utiliza palabras mucho más específicas.

– Su pronunciación es casi perfecta. Produce todos los sonidos del español, con excepción de /r/ , /rr/, y de algunas sílabas trabadas como /pl/, /kl/, /br/, /tr/, /kr/, etc.

– Es capaz de iniciar, seguir, mantener y cambiar un tema.

– Puede relatar sucesos pasados, aunque todavía no maneja por completo la perspectiva del oyente; lo cual se evidencia al no poder asumir, por ejemplo, que yo no fui al circo y me platicó como si yo hubiera estado presente.

– Sabe con certeza cuando puede o le toca hablar y cuando es el turno de otros)

De 3 a 4 años en adelante: Etapa de oraciones complejas

– El niño tiene una conversación verbal bastante fluida. · Sus emisiones tienden a ser más largas y ya puede hablar de cualquier cosa, se halle ésta o no presente.

– Los contenidos del mundo real aplican eficientemente al mundo imaginario, lo cual hace al utilizar metáforas («tu cara es como la luna»), chistes absurdos, etc.

– La pronunciación debe ser perfecta a partir de los 5 años. Antes sólo comete errores con los sonidos /r/, /rr/.

– Surgen los juegos relacionados con el lenguaje, el cual utiliza para planear sus juegos y organizarlos.

– Se da cuenta de que muchas veces la persona con la que platica no sabe de qué está hablando, logra ponerle en antecedentes e introduce información para que se entienda lo que está conversando. Esto le ayuda a poder relatar situaciones de manera coherente, organizando la información y explicándola con la secuencia en la que sucedió.

Los avances posteriores a este periodo son poco perceptibles y más bien se refieren a los temas de los que hablan y comprenden y al uso del lenguaje como un vehículo para reflexionar y elaborar un pensamiento superior.

Enviado por Carla Fernandez

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