¿El sexo es bueno para ti? En una época en que el trabajo y las preocupaciones ocupan una parte importante de la vida, el tiempo y la energía destinada a la actividad sexual disminuye, lo que pude ser más perjudicial de lo que parece.
El sexo es mucho más que placer. Está comprobado que regula funciones vitales, que relaja el organismo, que ayuda al buen funcionamiento del sistema cardiovascular y que, incluso, prolonga la vida.
Según el doctor en psicología y Director de la Sociedad de Sexualidad de Chile, Giorgio Agostini, es sorprendente cómo cada día son más las parejas jóvenes que dejan de tener relaciones sexuales durante meses. ¿La razón? Están demasiado agobiadas por las preocupaciones relacionadas con el trabajo.
«He visto matrimonios que no tienen relaciones sexuales en un período de 5 meses o más. Y son personas de 30 a 35 años, que deberían tener una frecuencia sexual de más de tres veces por semana. Esto, además de distanciar a la pareja, puede desatar en ella problemas físicos y de autoestima», explica el psicólogo.
Dentro de los beneficios que trae consigo el contacto sexual en las parejas, se destacan los siguientes:
Mejora la autoestima: el ser humano expresa el amor de pareja a través de su sexualidad. Tener relaciones sexuales con la persona amada genera un sentimiento mutuo de afecto y de respeto. Estas emociones repercuten directamente en la autoimagen de cada uno.
El vínculo se fortalece: tanto el hombre como la mujer se sienten muy unidos y plenos.
Adiós a los celos: no se trata de que este temor desaparezca, pero sí disminuye considerablemente.
Ayuda a superar las crisis: una relación sexual, entendida como entrega al otro, dice mucho más que mil palabras.
Es una excelente forma de dejar atrás las tensiones: debido a que el acto sexual involucra cuerpo y mente, la persona se olvida de las preocupaciones.
Produce un sentimiento de unidad: hombre y mujer forman un sistema, se sienten unidos y completos. Ya no son simples individuos aislados, son una pareja.
Para Agostini, las parejas deberían aprender a hablar de lo que les agrada y de lo que no les agrada en el plano sexual. «Por ejemplo, la mujer es muy auditiva y el hombre es más visual. Pero generalmente las parejas no se dicen estas cosas, les da vergüenza, porque se sienten incómodas e incluso indecentes, lo que es absurdo».
Agostini plantea que la vida sexual puede prolongarse hasta el último día de vida, puede que disminuya su frecuencia, pero no puede desaparecer «La sexualidad es parte de la vida y no debe postergarse por estrés, preocupaciones u otros motivos, es beneficioso para la salud física y mental».
Enviado por Analí Gomez.
julia
16/12/2015 at 09:19
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