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El sexo no tiene edad

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En los últimos años antes de salir del colegio, los chicos adolescentes parecen como una manada -a ratos jauría- con una sola cosa en mente: la conquista de la musa de la adolescencia. El primer, el segundo o quizás cuál número de romance que sacie su gran curiosidad y apetito sexual. Y es que el sexo no tiene edad.

Si bien, por factores sicológicos o físicos, existe un período de mayor rendimiento sexual, la posibilidad de enriquecer esta actividad está presente a lo largo de toda la vida.

Se asume como normal: los niños de esa edad se suponen excitables por naturaleza, en cambio las mujeres -según se dice- demoran más en llegar a la cumbre de su vida sexual.

El lugar común indica que los hombres tienen el pico más alto de su vida sexual a los 18 años y las mujeres después de los 35. ¿Qué hay de cierto en estos promedios estadísticos? ¿De dónde provienen tan extrañas clasificaciones?.

Según explicó la presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, Doctora Alcira Camilucci, el tema de cómo la potencia sexual se manifiesta a lo largo de la vida ha sido objeto de estudio de la sexología desde las primeras aproximaciones de Master & Johnson y Poppers.

Dónde está la cumbre

Si bien la forma de medir el clímax sexual es diferente para hombres y mujeres, se estima que el hombre alcanza la plenitud alrededor de los 20 años y, en el caso de la mujer, la expresión más plena de la sexualidad llega después de los 35 años.

Las razones para esta diferencia entre los sexos mezclan lo biológico y lo conductual y más que convertirse en cánones rígidos, demuestran cómo el tema de la sexualidad involucra todas las otras áreas de la vida.

En el caso del hombre, su actividad sexual se encuentra regida, principalmente, por el desempeño físico. Debido a esta característica, el clímax sexual del hombre o momento de más actividad está dado por la época de su juventud, cuando la maduración se completa y las energías están al máximo.

Eso en cuanto a lo fisiológico, porque si bien el hombre pierde energía con el paso del tiempo, la especialista explica que esta pérdida se puede remplazar con conocimiento y experiencia para que el sexo siga siendo una experiencia interesante.

Al contrario del hombre, la mujer no depende mucho de su fisiología. A decir de la especialista, sus aparatos genitales son más sencillos, funcionan de manera más simple y, por lo tanto, se le hace más fácil llegar al orgasmo en cualquier etapa de su vida.

Pero si bien la mujer no debe preocuparse por los problemas del desgaste físico, también tiene obstáculos para alcanzar el mejor desempeño sexual. Y éstos son, principalmente, los prejuicios y presiones sociales que no permiten que la mujer se libere y disfrute plenamente del sexo.

Por esto, la doctora Camilucci explica que antes se decía que la mujer desarrollaba todo su potencial después de los 40 años y, actualmente, debido a los cambios sociales, la mujer comienza a liberarse a una edad más temprana.

A su vez, la especialista destaca que las exigencias sociales y el cuestionamiento al rol masculino pueden ser factores que impidan al hombre prolongar el período más pródigo de su sexualidad.

Enriquecer el sexo

Pese a que en la gran mayoría de las personas se manifiestan las conductas descritas anteriormente, con la actual apertura hacia el tema de la sexualidad, pueden presentarse cambios que lleven a mantener por más tiempo la potencia en el hombre o a rebajar la edad de liberación de la mujer.

De cualquier forma, la especialista argentina recomienda que habiendo o no pasado el período de mayor «rendimiento», la sexualidad siempre se puede enriquecer a través de la creatividad y la exploración.

Lo importante, destaca la doctora, es saber que nada es estable y «que las cosas van cambiando y hay que ir adaptándose a la sexualidad en cada período de la vida». Agrega que, si la persona se enriquece ya sea a través de libros, terapias u otros métodos, seguirá siendo potente y tendrá una sexualidad satisfactoria para toda la vida.

Enviado por Adriana López.

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