Como la describe el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia ocasionan problemas de memoria, de capacidad de juicio, y de procedimientos de pensamiento que hacen difícil que el individuo pueda trabajar y tomar parte en la vida familiar y social cotidianas. También se pueden presentar cambios en el estado de ánimo y en la personalidad del individuo.
Eventualmente, la persona pierde control de sí misma y presenta otros problemas.
En los Estados Unidos, entre 2 y 4 millones de personas padecen de demencia relacionada con el envejecimiento. Hasta dos terceras partes de esta cantidad padece de la enfermedad de Alzheimer.
A pesar de que hasta el momento no existe una cura para esta enfermedad, puede ser que existan tratamientos para aliviar algunos de los síntomas; tales como el deambular (caminar sin rumbo) o la incontinencia urinaria.
Los síntomas responden mejor a los tratamientos cuando se diagnostican en sus etapas más tempranas. Hable con su médico lo más pronto posible si piensa que usted mismo, o algún familiar, presenta síntomas de Alzheimer.
La investigación científica continúa en su búsqueda de mejores tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, así es que debe hablar con su médico sobre los nuevos descubrimientos en este campo que pudieran ser de importancia en su caso, o en el caso de su familiar.
Es una condición que afecta la forma en la que funciona el cerebro. Los síntomas de la demencia incluyen ansiedad, paranoia, cambios en la personalidad, falta de iniciativa, y dificultad al tratar de aprender nuevas habilidades. Además de la enfermedad de Alzheimer, existen otras causas de demencia, entre ellas la demencia alcohólica (o tóxica), la depresión, el delirio, la demencia relacionada con el VIH/SIDA; enfermedad de Huntington (un desorden del sistema nervioso); enfermedades de carácter inflamatorio (por ejemplo, sífilis); demencia vascular (endurecimiento de los vasos sanguíneos en el cerebro); tumores; enfermedad de Parkinson.
Es la más común de las demencias. Progresa en etapas o períodos que varían de meses a años y gradualmente destruye: La memoria, el razonamiento, el juicio, el habla, y eventualmente la capacidad de desempeñar incluso las tareas más sencillas.
Es un estado mental de confusión súbita temporal y aguda. Los síntomas incluyen ansiedad, desorientación, temblores, alucinaciones, creencias falsas, e incoherencia. El delirio puede ocurrir entre los ancianos que padecen de enfermedades temporales, enfermedad cardíaca o pulmonar, infecciones prolongadas, mala nutrición, o problemas hormonales. El alcohol y las drogas (incluyendo medicamentos) también pueden causar confusión mental.
El delirio es una condición grave que puede resultar en la muerte y, por lo tanto, requiere de atención médica inmediata.
La depresión se puede presentar entre los ancianos, especialmente aquellos que padecen de problemas de salud. Los síntomas incluyen tristeza, inactividad, dificultad en los procesos de pensamiento y concentración, y sentimientos de desesperación. Las personas deprimidas frecuentemente tienen problemas del sueño, cambios en su apetito, fatiga y agitación. Normalmente, en opinión del Instituto Nacional de la Salud, se puede proporcionar tratamiento eficaz contra la depresión.
La posibilidad de cada individuo de padecer de Alzheimer aumenta con la edad, aunque en la mayoría de los casos no aparece hasta después de los 65 años. La mayoría de las personas nunca la padecen, incluso cuando ya son muy ancianas. Conocemos sólo dos hechos definitivos en cuanto a los factores que aumentan el riesgo de padecer de la enfermedad, y estos son que exista un historial médico de demencia o de síndrome de Down en la familia.
Algunas formas de la enfermedad de Alzheimer son hereditarias. Si alguien en su familia ha tenido Alzheimer, es más probable que otros miembros de la familia también la padezcan. Hable con su médico sobre el historial médico de demencia en su familia.
Los individuos que padecen de síndrome de Down tienen más probabilidad de sufrir Alzheimer y sus familiares cercanos también están en riesgo.
El síntoma temprano clásico de la enfermedad de Alzheimer es una pérdida gradual de la memoria a corto plazo. Otros síntomas incluyen:
También se pueden presentar cambios en la personalidad o en el estado de ánimo. El estado de agitación emocional, los problemas de memoria y la falta de capacidad de juicio pueden ocasionar comportamiento fuera de lo común. Estos síntomas varían de un individuo a otro.
Los síntomas de la enfermedad aparecen gradualmente, pero pueden progresar más lentamente en algunos individuos que en otros. En otras formas de demencia, los síntomas pueden presentarse de súbito, o pueden ir y venir.
Si usted o su familiar tiene cualquiera de estos síntomas, no necesariamente quiere decir que padece de Alzheimer. En ocasiones, cualquier persona puede olvidar algo o tener mal juicio; pero cuando estos episodios se hacen más frecuentes o son peligrosos, tiene que acudir al médico de inmediato.
¿Tiene problemas con cualquiera de las siguientes actividades?
Recuerde, cualquier persona olvida cosas de vez en cuando. El no encontrar las llaves de la casa no necesariamente indica que tiene la enfermedad de Alzheimer.
Identificar los síntomas tempranos de Alzheimer puede ser muy difícil. Su médico comparará su estado de salud física y mental actuales con su estado en visitas previas. Los cambios de su estado de salud mental y físico, y su capacidad de desempeñar las funciones de su vida diaria, son de especial importancia.
Las personas que ya padecen la enfermedad pueden no darse cuenta de la severidad de los síntomas. Probablemente su médico pedirá hablar con algún familiar o un amigo cercano para conversar con ellos sobre su condición.
La primera evaluación para determinar si tiene Alzheimer debe incluir un historial médico detallado, un examen físico, una evaluación de función mental, y de funcionamiento en las actividades de la vida diaria.
Las siguientes son preguntas que le podrían hacer para determinar su historial médico:
¿Cuándo y cómo se iniciaron los problemas?, ¿Los síntomas han progresado por etapas, o han ido empeorando en una manera continua?, ¿Varía su condición de un día a otro?, ¿Cuánto tiempo han durado los síntomas?
El médico le preguntará sobre sus problemas médicos pasados y presentes y también si alguno de los miembros de su familia ha padecido de la enfermedad de Alzheimer o algún otro tipo de demencia.
Su nivel educativo y otros antecedentes culturales son factores que pueden cambiar los resultados de los exámenes que se realizan para evaluar su habilidad mental. Los problemas de idioma (por ejemplo, si tiene dificultad para hablar el inglés) pueden causar malentendidos. Asegúrese de mencionar al médico cualquier posible problema de idioma que pudiera afectar los resultados de los exámenes.
Es importante que le diga al médico sobre los medicamentos que toma y por cuánto tiempo los ha tomado. Ciertas reacciones a los medicamentos pueden provocar demencia. Lleve consigo los frascos de todos los medicamentos que tome cuando vaya a ver al médico.
¿Toma medicamentos? Incluso los medicamentos que puede adquirir sin receta médica, como las gotas para los ojos, y el alcohol, pueden reducir su habilidad mental. Hable con el médico sobre todos los medicamentos que toma. Pregunte si la combinación de los medicamentos que toma puede causar problemas.
El examen médico puede determinar si hay alguna razón física que provoque los síntomas de demencia. Esto es importante porque el pronto tratamiento de estos problemas puede aliviar algunos de los síntomas.
El médico le podría hacer preguntas sobre su capacidad de vivir independientemente. A veces, el médico le preguntará a un familiar o amigo cercano qué tan bien puede realizar las siguientes actividades:
A veces un familiar o amigo no está disponible para contestar estas preguntas. En ese caso, el médico probablemente le pedirá que realice una serie de tareas (evaluación de desempeño).
Existen otros exámenes para evaluar su estado de salud mental. Estos exámenes generalmente constan sólo de unas cuantas preguntas y con ellas se evalúa la función mental, incluyendo: La orientación, la atención, la memoria, y la habilidad de uso del lenguaje. Los resultados varían de acuerdo a la edad, el nivel de educación y los antecedentes culturales. Su médico los tomará en cuenta cuando realice estos exámenes.
1. La habilidad de realizar actividades de la vida diaria tales como bañarse, vestirse, ir al baño, comer y caminar.
2. La habilidad de realizar actividades más complejas como usar el teléfono, manejar el dinero y las finanzas, conducir un auto, planear comidas y desempeñar un trabajo. Cuando una persona tiene la enfermedad de Alzheimer, primero se presentan los problemas con las tareas complejas, y progresivamente se empiezan a presentar los problemas para desempeñar las tareas más simples.
A veces el examen físico revela síntomas para los cuales existen tratamientos. Los síntomas se pueden tratar en sus etapas tempranas cuando son el resultado de:
Reacciones a los medicamentos. Esta es la causa de problemas mentales que más comúnmente se confunde con el Alzheimer. Sin embargo, para estas reacciones, existen tratamientos eficaces. Los ancianos pueden sufrir reacciones a ciertos medicamentos. En algunos casos ciertos medicamentos no se deben combinar, y en otros, ajustar la dosis puede aliviar los síntomas.
Delirio y depresión. Pueden diagnosticarse como Alzheimer, o pueden ocurrir paralelamente a ésta. Estos problemas requieren de pronta atención médica y tratamiento.
El recolectar toda la información posible le permitirá al médico diagnosticar la enfermedad de Alzheimer cuando los síntomas de ésta son leves. Puede ser que le refieran a otros especialistas para realizar más exámenes médicos.
Algunos exámenes médicos muestran la habilidad mental de una persona y sus puntos fuertes y débiles. Sirven para detectar las diferencias entre la incapacidad mental leve, moderada y severa. También pueden distinguir la diferencia entre los cambios que son el resultado normal del proceso de envejecimiento, y aquéllos que son provocados por el Alzheimer.
Si acude a un médico especialista para que le haga estos exámenes, él/ella deberá transferir los resultados a su médico de cabecera. Estos resultados permitirán que su médico siga el progreso de su condición, le dé el tratamiento adecuado, y evalúe y vigile los efectos del tratamiento.
Si se le diagnostica la enfermedad su familia y usted tendrán que considerar varios temas importantes. Hable con el médico sobre lo que debe esperar en el futuro cercano y lejano, conforme la enfermedad progrese. Solicitar asistencia en las etapas tempranas garantiza que obtenga el tipo de cuidado más adecuado en su caso.
Si los exámenes no indican la presencia de la enfermedad, pero sus síntomas continúan o empeoran, vuelva a consultar a su médico. Puede que sean necesarios más exámenes de evaluación. Si tiene preocupaciones aún después que le han dicho que no tiene la enfermedad, puede ser que lo que necesite sea una segunda opinión.
Sin importar el diagnóstico, el seguimiento médico y de tratamiento son importantes.
Reporte al médico cualquier cambio en sus síntomas y hable con él sobre el tipo de seguimiento médico que es indicado en su caso. El médico debe mantener los resultados de su primera ronda de evaluaciones para usarlos en el futuro. Después de que se proporcione tratamiento para otros problemas de salud, nuevos exámenes médicos podrían mostrar cambios en su condición.
Identificar la enfermedad de Alzheimer en sus etapas tempranas, cuando los tratamientos podrían aliviar los síntomas leves, le dará tiempo para adaptarse a la situación. Durante este tiempo, usted y su familia pueden tomar decisiones de carácter financiero, legal y médico para el futuro.
Su grupo de cuidado médico podría incluir a su médico de cabecera y a especialistas en psiquiatría o neurología, psicología, terapias, enfermería, trabajo social y consejería. Ellos pueden cooperar para ayudarle a entender su condición, sugerir métodos para ayudarle con su memoria, y hablar con usted y su familia sobre las posibles maneras de permitirle permanecer independiente por el mayor tiempo posible.
Hable con los médicos sobre las actividades que podrían poner en peligro a otros o a usted mismo; tales como manejar un vehículo o cocinar. Explore la posibilidad de hacer las cosas de una manera diferente.
Hable con su médico para que le ayude a decir sobre la enfermedad a las personas que lo tienen que saber, como sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
La enfermedad de Alzheimer causa tensión emocional para el paciente y su familia. Usted y la persona a cargo de su cuidado necesitarán ayuda de otros. Cooperar con sus seres queridos y su grupo de cuidado médico ayudará a reducir la angustia.
Es muy difícil tener que aceptar un diagnóstico de Alzheimer. Es importante que comparta sus sentimientos al respecto con familiares y amigos.
Existen muchos recursos de ayuda para el paciente, la familia y los proveedores de cuidado. Estos incluyen:
Fuente: Instituto Nacional de la Salud, Estados Unidos.