El estrés se define como la reacción del organismo ante ciertos eventos que tienden a perturbar su estado de equilibrio psicológico.
Las endorfinas, junto a otras sustancias similares a la morfina que han sido descubiertas hace poco en el cerebro, son parte de la reacción química que se desata en respuesta a un estrés emocional o físico. Además, estos químicos son los que envían la señal cerebral para sentir placer o aliviar el dolor.
Las endorfinas no sólo disminuyen los niveles de dolor y de ansiedad, tienen, además, varias otras funciones: regulan la temperatura, la función intestinal y el apetito. Además, moderan los efectos de las hormonas sexuales y de crecimiento, y la función de la glándula tiroides. También tienen un rol importante en la sensación de alivio que se experimenta a continuación de realizar ejercicios. Sin embargo, niveles excesivos de endorfina -que se presentan en la mayoría de los casos de estrés- pueden tener un efecto negativo en nuestro pensamiento y aumentar la presión sanguínea.
La psicología ya estableció el porcentaje de ciertas situaciones que pueden provocar estrés:
En la actualidad, casi la mayoría de las enfermedades psicosomáticas (aunque se experimentan los síntomas físicos, su origen es meramente psicológico) y muchas de los problemas de salud que experimentan las personas se deben al estrés emocional o físico. Tan amplia es la gama de enfermedades relacionadas con el estrés, que los síntomas que se asocian con éste son muchos.
Enviado por Jesús Herrera.