La Kinesiterapia, Kinesioterapia o Quinesioterapia, constituye uno de los más importantes tratamientos dentro de lo que es la terapia de rehabilitación y tiene por finalidad mitigar el dolor a través de la relajación, tonificar los músculos y brindar mayor elasticidad a ciertas estructuras fibrosas o retraídas. Las técnicas son variadas y muchas de ellas son específicas para determinadas enfermedades. Así, pueden clasificarse, conforme al movimiento realizado en:
Kinesiterapia Pasiva: Donde se plica una fuerza externa a fin de provocar el movimiento en un determinado sector del cuerpo sin que el paciente contraiga los músculos. A su vez, la kinesiterapia pasiva puede ser relajada, forzada o autopasiva. En la primera el movimiento se limita al limite fisiológico o patológico que posee el paciente y se recomienda para mantener recorridos articulares. En la forzada, el movimiento se extiende más allá del recorrido articular libre existente, mas no el del fisiológico y solo por un espacio corto de tiempo dentro del cual se realizan movimientos rápidos pero regulados. Por último, en la autopasiva, la fuerza externa va a provocarla el mismo paciente en las zonas del cuerpo a las que puede acceder.
Los efectos de esta terapia son múltiples y así por ejemplo:
Sistema nervioso: Aumentando la sensibilidad de los sistemas. Mediante el contacto manual se logra estimular a nivel muscular, articular y osteoarticular la zona movilizada, favoreciendo el esquema corporal de cada paciente.
Tejido muscular: al provocar movimiento en las articulaciones , los músculos se estiran y acortan y esto permite conservar y restaurar, en determinados casos, los planos de deslizamiento y la elasticidad.
Piel: Para caso en los que por ejemplo una cicatriz impide el libre movimiento de la articulación y los músculos. Mediante esta terapia se puede recuperar la movilidad al ir eliminando las adherencias de la cicatriz.
Articular: permite aumentar los niveles del liquido sinovial, y de este modo lograr una mejor lubricación y nutrición del cartílago, lo que influye en la recuperación de las limitaciones a la movilidad.
Sistema circulatorio: El movimiento muscular beneficia la circulación al presionar los vasos sanguíneos a modo de bombeo.
Sistema respiratorio: Al estimularse la circulación aumenta el consumo de oxígeno y el sistema respiratorio debe proveer más al organismo, por lo que se activa. Existen además diversas técnicas de quinesioterapia especificas para un mejoramiento del movimiento de la caja toráxica.
Sistema digestivo: al llevarse a cabo en la zona abdominal, ayuda provocando un mayor movimiento intestinal a lo largo de todo el tracto.
Es importante recordar que la kinesiterapia es una técnica de fisioterapia y por tanto solo puede aplicarse bajo indicación médica.
yesenia
02/01/2014 at 19:01
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