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La balanza es tu amiga

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La balanza no debería ser tu enemiga, por el contrario es un instrumento muy útil para aquellos que quieren perder peso. Pero a quién le gusta subirse a la balanza y recibir malas noticias? En este artículo vamos a disipar las dudas que tenemos con la balanza y vamos a prender a pesarnos, verás que no es tan malo como se piensa.

Muchas veces resulta que nos matamos con la dieta haciéndola al pie de la letra y no hemos faltado ningún día al gimnasio, sin embargo la balanza nos enseña que hemos subido de peso. Otras veces nos hemos dado algún gusto y nos salimos de la dieta comiendo un helado o un chocolate y a la hora de pesarnos vemos que aún así hemos bajado unos gramos, cómo puede ser semejante contradicción? A lo largo del día o la semana notamos oscilaciones en el peso y no nos explicamos qué sucede, pero todo tiene una explicación: nos pesamos con distinta ropa, unas mas livianas, otras mas pesadas, eliminamos algo más de líquido o nos pesamos siempre en distintos horarios.

Lo mejor que puede hacer alguien que se encuentra a dieta para perder peso y quiere llevar un control de su peso, es comprarse una balanza. De esta manera no sólo podrás controlar las variaciones, sino que además te aseguras de que siempre te pesas en la misma balanza. Nuestra motivación es imprescindible cuando nos ponemos a dieta, si perdemos peso tendremos más voluntad para seguir, si aumentamos nos desilusionamos y queremos tirar todo por la ventana, sin embargo, pesarse es la única forma que existe de controlar si progresamos o si vamos para atrás y debemos corregir errores.

Pesarse con frecuencia permite hacer ajustes cuando notamos un aumento de peso, las personas que se pesan con frecuencia pierden mas peso o mantienen mejor su peso que aquellas que se resisten a subir a la balanza. Para que la balanza sea tu amiga ten en cuenta algunos consejos que te serán útiles:

– Pésate en tu casa, con tu propia balanza y quítate toda la ropa, hasta los anillos, los aretes, las hebillas del pelo y cualquier accesorio.

– Decide si vas a pesarte un día a la semana o una vez al día. Si te pesas una vez por semana hazlo siempre en el mismo día (por ejemplo, los viernes), a la misma hora. Si te pesas una vez al día que sea siempre en el mismo horario, por la mañana al levantarse y después de haber orinado. Recuerda que el lunes es el día de la semana que pesamos más, seguramente porque el fin de semana nos habremos dado algún gustillo, y los viernes son los días que pesamos menos porque venimos de toda una semana de estricta dieta.

– Lleva un control de tu peso, apunta cada vez que te pesas, sea semanal o diariamente, las variaciones que observes ´te serán útiles para corregir la dieta. Cuando aparezca una mala señal, un aumento aunque sea pequeño, haz memoria e intenta recordar qué pasó los días anteriores que pudo haber afectado tu peso.

– No te obsesiones con el peso, la ansiedad es un obstáculo para quien hace dieta. Si observas variaciones en tu peso recuerda que puede deberse a una mayor o menor retención de líquidos.

Finalmente recuerda que todo tratamiento para perder peso te traerá momentos satisfactorios y otros que no tanto, cada persona baja a su propio ritmo, no hagas comparaciones con otras personas aunque hagan la misma dieta que tu y hazte amig@ de la balanza, es imprescindible para evaluar tus progresos y corregir tu dieta cuando sea necesario.

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