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Manipulación genética

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Pese a que los primeros experimentos científicos relacionados con la técnica de la clonación se registraron en la década de 1950, fue después del nacimiento de la oveja Dolly, en febrero de 1997, que el tema cobró una relevancia extraordinaria.

El reciente anuncio de que investigadores chinos clonaron 11 embriones humanos ha consternado a la comunidad científica y al mundo. Pese a que la mayoría de los países se ha opuesto tajantemente a esta práctica, algunos genetistas tomaron la iniciativa, contradiciendo los dictámenes de la ética.

Esto, porque cada día se hacía más factible la posibilidad de clonar a un ser humano. Por esta razón, los organismos científicos y éticos de los diferentes países comenzaron a legislar contra la manipulación genética en el hombre con fines reproductivos.

Este es el caso de 13 países de la Comunidad Económica Europea y de Estados Unidos, aunque en este país sólo 10 Estados han legislado sobre ello y por un máximo de cinco años.

Sin embargo, esta semana se supo que un grupo de científicos chinos de la Universidad de Hunan logró clonar células extraídas de una mujer, las que dieron origen a 11 embriones humanos obtenidos con la técnica de transplante de núcleo.

Una técnica espeluznante

El Dr. Manuel Santos, médico genetista, Doctor en Ciencias Biológicas y profesor del departamento de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, explicó que el procedimiento que utilizaron los chinos para clonar los embriones humanos es el mismo que usó Ian Wilmut para dar origen a Dolly.

«Esta técnica, conocida como implante nuclear es la misma que se utilizó con Dolly. Este procedimiento consiste en extraer el material genético de una célula cualquiera e insertarlo en un óvulo desprovisto de su núcleo», explicó.

Este método es tan simple que basta una muestra de sangre o una lágrima, para contar con el ADN -material genético- necesario para implantarlo en el óvulo de una donante y lograr una réplica exacta, sin que el afectado se entere siquiera de esta situación.

Lo mismo pasa con las personas fallecidas, ya que con una pequeña muestra de su ADN se podría dar origen a un clon genéticamente idéntico a ella.

Mellizaje

Otra técnica de clonación utilizada es la llamada mellizaje. Esta se inicia con la fecundación de un óvulo por un espermio. Luego, cuando se forma el cigoto (unión de los gametos), las células se reproducen de dos en dos y se forman los blastómeros (células que nacen de la división).

El proceso natural es que los blastómeros formen una mórula que dará origen al embrión y a la placenta. Lo que se hace para iniciar el proceso de clonación es separar los dos primeros blastómeros y dejar que cada uno se desarrolle por separado, con lo que se crean dos o más individuos genéticamente idénticos.

Este fue el método usado por el científico Donald Wolf para crear monos gemelos. El anuncio lo dio a conocer el propio Wolf unos días después de que el mundo se enterara de la clonación que dio origen a Dolly, como una forma de demostrar que muchos científicos ya estaban experimentando al respecto.

El factor humano

Pese a que hasta ese momento todo estaba bajo control -ya que se trataba de animales-, en diciembre de 1998 médicos de la Clínica de Infertilidad del Hospital de la Universidad de Kyunghee en Seúl, Corea del Sur, anunciaron la clonación a partir de células humanas.

Fue después del lanzamiento de esta bomba, cuando científicos ingleses reconocieron que también habían dado origen a un clon humano, aunque al igual que lo hizo el equipo coreano, cancelaron el proceso antes de que los embriones se formaran, apelando a motivos éticos.

Como explicó el Dr. Ricardo Cruz-Coke, cirujano y especialista en genética del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y miembro de la Comisión de Bioética de la UNESCO, las implicancias éticas de la manipulación genética humana son impresionantes.

«Todos los países están legislando al respecto, porque no se puede experimentar con personas. Lo que sí se permite y promueve, es la experimentación en animales con fines medicinales», agregó.

Según el especialista, ya se conocen las técnicas para clonar seres humanos, pero siempre existe un porcentaje de error que podría dar origen a un lastre genético grave difícil de controlar.

Por esta razón existen seis puntos universales que avalan el rechazo internacional a la clonación por transferencia nuclear para la reproducción humana:

  • Este proceso convierte al ser humano en un objeto de comercialización, ya que se podría utilizar para crear personas aptas para realizar determinadas tareas o para ser donantes de órganos.
  • Podría originar individuos en serie, con lo que se daría pie al racismo o a prácticas de esclavitud.
  • Reemplaza el factor sexual, con lo que se pierde el factor de selección natural da como resultado personas únicas y dignas.
  • Crea seres humanos desechables.
  • Suprime la singularidad del hombre.
  • Ninguna motivación puede justificar que una persona se cree para cumplir una función específica predeterminada.

Enviado por Jorge Urbano

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