Aumento en la secreción nasal, que al principio es líquida, y después se espesa y se torna amarillenta. Estornudos, congestión nasal. A veces, tos seca que puede empeorar cuando el niño está acostado, fiebre, comezón en la garganta, fatiga, pérdida del apetito, dolor de cabeza, ojos irritados o inflamados.
Todo el año, especialmente en época de frío.
Diversos virus: a la fecha, se conocen más de 100.
De persona a persona, principalmente a través de las secreciones nasales.
De 1 a 4 días.
Suele durar entre 3 y 10 días, según el virus, pero en los niños pequeños puede prolongarse más tiempo.
Evitar que contagie o que sea contagiado por otros niños; evitar también los cambios bruscos de temperatura.
Solamente de los síntomas, y es el doctor quien debe mandarlo. Si es un bebé, ayuda succionar su secreción nasal con una perilla de hule o de una bombita de succión, y ponerlo a dormir boca abajo, con la cabeza ligeramente elevada. El uso de humidificadores puede reducir la congestión y ayudar a que el niño respire mejor.
Otitis media, crup, bronquitis; con menos frecuencia, pueden desarrollar neumonía o sinusitis.
Enviado por Juan Miguel Castillo