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Tics nerviosos

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Los tics nerviosos son definidos habitualmente como movimientos involuntarios, rápidos, reiterados y arrítmicos, que por lo general afectan a un grupo determinado de músculos o una vocalización brusca que aparentemente carece de sentido para el observador.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en el año 1994 se consideraba que uno de cada cinco niños era susceptible de experimentar algún tipo de tic transitorio en algún momento de su vida. La aparición de este fenómeno puede, sin embargo convertirse para algunas personas en un trastorno crónico, es decir permanente en el tiempo y a veces en una causa de sufrimiento que requiere de atención especializada. Aunque pueden manifestarse en los adultos, lo más frecuente es que los tics aparezcan en la infancia y aunque en un principio parezcan irrelevantes, deben ser siempre objeto de atención y seguimiento por parte de los padres.

Una de las primeras consideraciones a hacer es que un tic es diferente a un espasmo, estos últimos son producto de funciones reflejas, mientras que en general los tics implican a la corteza cerebral, es decir, tienen algún componente psicológico de ideas y emociones asociadas. Sin embargo, esto no está reñido con la posibilidad que un tic pudiera aparecer como consecuencia de un trastorno neurológico, y por ende la evaluación médica es importante.

Los tics varían en cuanto a su complejidad e intensidad. Pueden estar focalizados y manifestarse como, por ejemplo, un constante parpadeo o un movimiento de las manos o pueden adquirir una configuración compleja en la cual el síndrome de Gilles de la Tourette es su expresión máxima. Este es un trastorno de aparición frecuente en la infancia o adolescencia y se caracteriza por tics fonatorios en forma de carraspeos, vocalizaciones explosivas y la utilización incontrolada de frases o expresiones obscenas. A veces se añaden gestos que pueden ser también de naturaleza soez y agresiva.

Una de las complicaciones psicológicas asociadas a los tics tiene que ver con las consecuencias que estos tienen en las relaciones que establecen las personas que los padecen con su entorno. Muchas veces, la aparición de un tic, así sea transitorio, se convierte en el foco de atención, especialmente en el caso de los niños con sus padres. Estos movimientos, por sus características de brusquedad y de aparente carencia de propósito a veces son considerados como “malas mañas” que deben ser corregidas a toda costa. Así, es posible observar como en algunos niños los tics se asocian con sentimientos de vergüenza y culpabilidad, por “hacer cosas malas” y por la angustia subsecuente de no poder evitar hacer el gesto o movimiento que es el tic.

Como es indispensable considerar a cada caso en su singularidad, cada tic, independientemente de sus causas orgánicas, también es una expresión de aspectos del mundo emocional del niño y pueden ser una forma de mensaje condensado de su psique. Por ende, la comprensión de los tics debe ir muy de cerca con la comprensión de la historia del niño y sus vicisitudes. Por ejemplo, algunos de estos movimientos pueden tener una característica de satisfacción de impulsos que encuentran su expresión en los movimientos, gestos o palabras que constituyan el tic.

Otro aspecto a integrar es el tipo de vínculos que el niño tiene con sus familiares y amigos. En algunos casos, el tic es una forma de identificación, cuando existe algún padre que lo tenga o haya padecido, y por ende es una forma de aprendizaje inconsciente que tiene que ver con el proceso de constitución de la identidad del niño.

En otros casos, la aparición del tic delata el momento de emergencia de un conflicto psicológico. Por ejemplo en el caso de las personas obsesivas, un tic puede ser parte de una acción ritual que tiene algún propósito y que tiene que ver con formas de lidiar con la ansiedad.

Así, el tic adquiere el valor de un síntoma, en cuanto a que revela la existencia de un conflicto emocional que encuentra en el cuerpo una vía de expresión. En un pasado, se tendía a considerar a los tics nerviosos como problemas orgánicos exclusivamente y se les trataba por vía farmacológica o por medios educativos. Hoy en día se reconoce que como todos los asuntos humanos, son complejos y que el aspecto emocional es un elemento indispensable en su comprensión y tratamiento.

El aporte psicoanalítico a estos ha estado justamente en hacer énfasis en que en la nimiedad aparente de un gesto, de un parpadeo puede esconderse la necesidad de expresión de un drama humano que pugna por buscar sentido y que no ha de ser visto solo como una mala costumbre si no como un mensaje encapsulado, a la espera de un intérprete.

Adrián Liberman

1 comentario

  1. Paola

    06/07/2013 at 05:55

    Hola quisiera saber si los tics nerviosos durante de esta dormido a q patología pertenece. Mi hija de 8 años lo ha venido presentando de unosr de días para acá y quisiera saber si es de cuidado. Actualmente hemos estado con poco descanso ya q esta de vacaciones y quisiera saber si e normal esto. Durante el día no los presenta. Gracias.

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