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Trastornos de la próstata

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La próstata es una glándula que posee el hombre, situada justo debajo de la vejiga y rodeando a la uretra, conducto por el cual fluye la orina y el semen. Entre sus funciones se encuentra el ayudar al control urinario y secretar parte del semen.

En los hombres jóvenes es del porte de una nuez y tiende a agrandarse con la edad. Suele pasar inadvertida hasta que comienza a generar trastornos. Alrededor de los 50 años, en ocasiones creece gradualmente y es entonces cuando puede ocasionar problemas

Las alteraciones más importantes que pueden originarse en la próstata una vez que se ingresa a la tercera edad son las siguientes:

Hipertrofia: es el agrandamiento de la próstata a expensas de un nuevo tejido (benigno) conocido como adenoma. Al crecer, la próstata comprime la uretra y dificulta el normal vaciado de la orina.

Prostatitis: es la infección de la glándula prostática. Además de las molestias propias de la infección, puede dar lugar a un empeoramiento de los síntomas de la hipertrofia y originar ardor en el momento de orinar y/o eyacular.

Cáncer: aunque el cáncer de próstata puede presentar síntomas de obstrucción, en su inicio es muchas veces asintomático. La localización de la próstata permite al médico palparla fácilmente. Toda persona mayor de 50 años debe someterse a una revisión anual por un urólogo (diagnóstico precoz del cáncer). El 90% de los casos de cáncer de próstata puede detectarse de esta forma.

Muchos hombres perciben la presencia de esta glándula asociada al flujo de la orina y la eyaculación, sólo cuando comienza a generarles molestias. Esto ocurre generalmente después de los 50.

Como uno de los primeros síntomas del padecimiento de problemas en la próstata, el afectado puede notar que orina con más frecuencia durante el día o que tiene que levantarse por la noche para hacerlo. También surge dificultad para empezar a orinar o pierde fuerza el chorro. Si estos síntomas han pasado inadvertidos, la persona suele quedarse en retención, es decir, no puede orinar.

El especialista puede solicitar exploraciones para confirmar el diagnóstico. Estas van desde análisis de sangre a estudios específicos de la próstata (PSA), de orina y una ecografía.

Si el médico lo considera oportuno, puede efectuar, además, una flujometría y un tacto rectal.

En caso que hayan aparecido estos síntomas y para prevenir que empeoren, se recomienda no beber demasiado, hacer vida sana y orinar en cuanto se tenga necesidad (no contenerse). Si las manifestaciones de la enfermedad van en aumento, es necesario un tratamiento urgente para evitar daños mayores en vejiga y riñón. El especialista adecuado para consultar es, en este caso, un urólogo.

Prostatectomía

Si bien los problemas a la próstata no pueden solucionarse con un tratamiento simple, suele recurrirse a una intervención quirúrgica llamada prostatectomía. Es una operación en la que se extrae el tejido adenomatoso.

Existen dos tipos de prostatectomía:

Resección transuretral (RTU): consiste en extirpar la próstata a través de la uretra, con un instrumento llamado resectoscopio; no existe incisión externa.

Prostatectomía abierta: extirpación de la próstata a través de una incisión en el bajo abdomen. El urólogo decidirá qué procedimiento es el mejor, dependiendo de varios factores como tamaño, posición y otros problemas médicos adicionales que deba tener en cuenta (obesidad, cardiopatías, etc.).

Actualmente, además, nuevas técnicas están en fase de desarrollo y prometen ser muy eficaces. Entre ellas destacan la vaporización de la próstata, la volatilización y el láser, técnicas mucho menos invasivas.

Quien se somete a una intervención de este tipo debe saber que luego de ésta, llevará un catéter en la vejiga para recoger la orina, que se retirará 24 horas después de que el líquido sea claro. Es habitual después de la operación eliminar orina mezclada con sangre, por lo tanto este hecho no debe generar alarma.

Finalmente, luego de la intervención quirúrgica se suele analizar la próstata extraída mediante un estudio anatomo-patológico. Según el resultado de este análisis se indica al paciente el tratamiento más adecuado a seguir.

Fuente: Centro de Urología, Andrología y Sexología (CUAS) de España

Enviado por Alfredo Divagante

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