La Vitamina A es un antioxidante liposoluble que protege las células contra los daños que radicales libres además de ejercer otros importantes papeles para la salud del organismo. Sin embargo, es potencialmente más peligroso que la mayoría de vitaminas, debido a que se acumula hasta alcanzar niveles tóxicos, que pueden causar daño hepático y malformaciones congénitas. Debido a estos riesgos potenciales, los suplementos tienen pocas indicaciones terapéuticas.
En general, los suplementos con Vitamina A ingeridos a dosis nutricionales constituyen una manera bastante segura de administrar los requerimientos corporales. El beta-caroteno, llamado también «provitamina A,» se transforma en Vitamina A, a medida que el organismo lo requiere y presenta un riesgo mucho menor de toxicidad.
Requerimientos
Usos terapéuticos
Evidencias científicas
Dosis terapéuticas
Seguridad
Interacciones
La Vitamina A es un nutriente esencial, lo que significa que debe ser aportado por la dieta. Las recomendaciones oficiales de los EE.UU. se expresan en microgramos (mcg) de equivalentes retinol (RE). Las etiquetas de los suplementos usualmente expresan las concentraciones en Unidades Internacionales (IU). La siguiente lista muestra las recomendaciones de cantidades diarias requeridas en mcg y su equivalente en IU:
Niños de 0 a 12 meses: 1.250 IU – 375 mcg
Niños de 1 a 3 años: 1.333 IU – 400 mcg
Niños de 4 a 6 años: 1.667 IU – 500 mcg
Niños de 7 a 10 años: 2.333 IU – 700 mcg
Varones mayores de 11 años: 3.333 IU – 1.000 mcg
Mujeres mayores de 11 años: 2.667 IU – 800 mcg
Embarazadas: 2.667 IU – 800 mcg
Mujeres lactando: 4.000-4.333 IU 1.200-1. – 300 mcg
Las embarazadas no deben recibir suplementos con Vitamina A.
Obtenemos la Vitamina A necesaria a partir de muchos alimentos, tanto en la forma de beta-caroteno como de Vitamina A. Los productos lácteos y el hígado son excelentes fuentes, al igual que las zanahorias, duraznos, mangos, lechosa (papaya), vegetales de hoja, papas y diversas hortalizas.
La deficiencia de Vitamina A es común en los países en vías de desarrollo. En los países desarrollados, la deficiencia de esta vitamina es relativamente rara, excepto en adolescentes y aquellas personas de los estratos socio-económicos más bajos. Algunos medicamentos utilizados para disminuir los niveles de colesterol, tales como colestiramina y colestipol pueden reducir los niveles de Vitamina A, sin embargo, sus efectos son muy leves y probablemente no sean significativos.
Existen algunas evidencias de que los suplementos con Vitamina A reducen la mortalidad por sarampión y otras causas en niños de los países en vías de desarrollo,3 presumiblemente debido a que esta vitamina corrige deficiencias que estos niños pudieran presentar en sus dietas. Esto no significa que suplementar con Vitamina A por encima de los requerimientos nutricionales básicos constituya un tratamiento útil en los casos de sarampión u otras enfermedades infantiles.
La Vitamina A puede ser beneficiosa en la diabetes. Sin embargo, se teme que los diabéticos sean especialmente vulnerables al daño hepático causado por cantidades excesivas de Vitamina A, por o que se recomienda a las personas que sufran diabetes no utilizar suplementos con Vitamina A sin supervisión de sus médicos.
Esta Vitamina ha sido utilizada en el pasado para el tratamiento de diversas enfermedades de piel, tales como: acné y psoriasis, sin embargo, dado que para alcanzar beneficios se requieren altas dosis que pudieran causar toxicidad, se prefiere evitar su uso en estas patologías. También se han utilizado altas dosis de Vitamina A en la menorragia 4 pero actualmente tampoco se recomiendan.
La deficiencia de Vitamina A se ha relacionado con bajos contajes de células inmunes así como mayores tasas de mortalidad en personas infectadas con el HIV.5 Algunos estudios preliminares han sembrado esperanzas de que los suplementos con vitamina A puedan aumentar o preservar las funciones inmunológicas o disminuir los síntomas en los pacientes con HIV.6-9 Sin embargo, no todos los estudios han demostrado resultados positivos.
Se ha propuesto a la Vitamina A como tratamiento de una variedad de condiciones, algunas de ellas bastante serias, como el SIDA, síndrome de Down, otitis, desórdenes del apetito, glaucoma, gota, ceguera nocturna, litiasis renal, lupus eritematoso, esclerosis múltiple, colitis ulcerativa y úlceras gastroduodenales, sin embargo, las evidencias de su eficacia terapéutica en estas enfermedades es escasa o inexistes.
La Vitamina A ha sido utilizada en el tratamiento de varias infecciones virales de la infancia, incluyendo sarampión, varicela, virus sincitial respiratorio y SIDA. La mayoría de las investigaciones al respecto fueron realizadas en niños de países en vías de desarrollo.
Un artículo de revisión que revisó estudios, sugiere que los suplementos con Vitamina A pueden proteger de la muerte a los niños, por lo que debería ser utilizada más ampliamente.
Según diversos estudios, las personas que padecen diabetes tienden a ser deficientes en Vitamina A. Un estudio sugiere que los suplementos con Vitamina A pueden mejorar el control de la glucosa en diabéticos.
La Vitamina A ha sido utilizada en varias enfermedades dermatológicas, incluyendo acné, psoriasis, rosacea, seborrea y eczema. Sin embargo, sus beneficios no han sido de importancia y las dosis utilizadas fueron altas, lo que eleva el riesgo potencial de toxicidad para lograr efectos benéficos.
Un estudio sugiere que las mujeres con abundante sangramiento menstrual pueden beneficiarse tomando 25.000 IU día de Vitamina A. Sin embargo, esto no puede recomendarse como tratamiento de la menorragia, ya que las mujeres pueden quedar embarazadas e incluso dosis bajas de suplementos con Vitamina A pueden causar malformaciones congénitas.
Un pequeño estudio doble ciego sugiere que ingerir beta-carotenos puede elevar el contaje de leucocitos en personas que padecen VIH. Sin embargo, dos estudios mayores subsecuentes no demostraron diferencias en el contaje de leucocitos, linfocitos CD4+ ni otras mediciones del sistema inmune.
Dos estudios que duraron 6 a 8 años sugieren que la ingestión de dosis elevadas de Vitamina A o betacaroteno pueden contribuir en el manejo del SIDA, pero advierten sobre los efectos potencialmente tóxicos de estas dosis.
No se recomiendan dosis de Vitamina A por encima de los requerimientos nutricionales básicos.
Las dosis de Vitamina A por encima de 50.000 IU por día durante varios años pueden causar daño hepático, enfermedades óseas, fatiga, pérdida del cabello, cefalea y resequedad de la piel.
Las personas que padecen hepatopatías pueden agravar su condición incluso con bajas dosis de Vitamina A.
Los diabéticos se encuentran en mayor riesgo de toxicidad por Vitamina A.
Por razones diverentes, las personas que consumen alcohol en excesos también se encuentran en mayor riesgo de toxicidad por Vitamina A.
La ingestión de cantidades excesivas de Vitamina A aumentan el riesgo de osteoporosis.
Las mujeres deben evitar su consumo durante el embarazo, pues a niveles tóxicos aumenta los riesgos de malformaciones congénitas. Las embarazadas que reciben ácido valproico se encuentran en mayor riesgo de toxicidad por Vitamina A.
La Vitamina A también puede aumentar los efectos anticoagulantes de la warfarina.
Las personas que reciben:
Enviado por Grecia Alemán