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Abuso sexual infantil

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Iván entra todas las noches a la habitación de su pequeña hijastra para acariciarla de la misma manera como lo haría con su esposa. Mientras esto ocurre, la madre de la niña espera en silencio en un lado de la cama, preguntándose si debiera o no denunciar el abuso sexual infantil .

Niños callados, tímidos y dóciles son los que probablemente caerán en las manos de un adulto abusivo.

Es mucho más común de lo que se piensa, pero se trata de una situación que se mantiene en silencio. Es que con frecuencia el abuso sexual a los niños es cometido por un miembro de la familia.

Y si bien un hecho como éste puede estremecer a cualquiera, la realidad muestra que los abusos sexuales a menores son mucho más frecuentes de lo que se piensa -de cada 10 niños, 3 son víctimas de abuso-. Por si esto fuera poco, el asunto suele ser silenciado por las víctimas o sus progenitores.

Pero en concreto, ¿cómo se define el abuso infantil? Se define como cualquier contacto erótico sexual practicado por un adulto a un niño y cuyos estímulos pueden ir desde un simple exhibicionismo hasta la violación. La víctima es sometida a miradas, manoseos, acoso verbal, besos eróticos y contacto oral-genital, entre otros.

Los abusos sexuales pueden afectar a niños o niñas de cualquier edad y situación social. Sin embargo, existen ciertas características comunes en todas las víctimas:

  • Es tres veces más común en mujeres que en hombres.
  • Los menores abusados con más frecuencia son los de entre 10 y 13 años.
  • Los niños callados, tímidos, obedientes, dóciles y atemorizados son los que están más expuestos.

Prevalece en quienes tienen una situación familiar caracterizada por:

  • Ausencia de los padres biológicos
  • Incapacidad o enfermedad de la madre
  • Conflictos entre los padres
  • Relaciones pobres, escasas o deficitarias con los padres
  • Presencia de padrastro

Secuelas

Patricia Dotta, siquiatra de la Universidad de Venezuela, en Caracas, comenta que «generalmente el niño abusado queda con secuelas que se manifiestan en la formación de su personalidad y en su desarrollo sexual».

Claro que la especialista establece una diferencia entre los niños que sufren de abusos crónicos y quienes han sido víctimas de violación.

Los primeros suelen ocurrir de forma continua y se descubren a largo plazo porque el niño teme acusar al agresor. En cambio, una violación es un hecho más violento que puede producir lesiones, por lo que es más fácil que los padres se den cuenta.

La doctora Dotta asegura que «para un niño es más fácil superar una violación, porque el abuso crónico generalmente es realizado por personas de la familia, a las cuales el pequeño les ha tenido confianza, con lo que se les hace más difícil resolver el conflicto».

Los abusos tienen distintos efectos en hombres y en mujeres
. Es probable que los niños varones agredidos abusen de otros menores cuando crezcan y sean agresivos. Al contrario, las mujeres tienden a sentir depresión y ansiedad.

En general, los abusos sexuales pueden provocar los siguientes efectos en los niños:

  • Desconfianza, miedo, hostilidad, abandono del hogar o conducta antisocial hacia el agresor y/o familiares.
  • Vergüenza, culpa, estigmatización y baja autoestima.
  • Ansiedad, angustia y depresión. Hay quienes incluso intentan suicidarse.
  • Exceso de curiosidad sexual, precocidad de conductas y prostitución infantil. Entre el 27% y el 40% pone de manifiesto algún tipo de conducta sexual anormal.
  • Trastornos del sueño, de alimentación, problemas en el colegio y falta de concentración.
  • Dificultades de tipo relacional, especialmente con personas del sexo opuesto.

Se ha observado, incluso, que el 46% de los casos de abusos se repiten más de una vez en la misma víctima. De igual forma, se ha visto que estas personas están más predispuestas a sufrir abusos sexuales en la adultez.

Ley del «hielo»

Un 30% de las víctimas de abuso sexual no se lo cuenta a nadie. Las razones son variadas: temor a la reacción de los demás ante lo sucedido, sentimientos de culpabilidad o vergüenza.

Sin embargo, los niños no son los únicos que guardan silencio. «Estos casos se suelen silenciar por intereses secundarios», explica Patricia Dotta.

«En el caso de los niños, no hablan porque están bajo amenaza. Y cuando la hija está siendo abusada sexualmente por el padre -ya sea biológico o padrastro-, la madre no hace nada porque le teme, puesto que suelen ser personajes violentos. También se calla porque no trabaja y piensa que se va a quedar sola en la vida, sin recursos económicos, con lo que acepta esta situación», comenta la doctora Dotta.

Recomendaciones

Los expertos sugieren creerle al niño, porque es muy raro que mienta sobre un asunto así. Además, es fundamental dejarles bien claro que ellos no son culpables de lo sucedido.

La Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente, en Estados Unidos, entrega algunas pautas acerca de lo que los padres, apoderados o profesores deberían decir a un niño que ha pasado por esta situación:

  • Aliéntelo a hablar libremente de lo que pasó. No haga comentarios dando juicios.
  • Demuéstrele que lo comprende y que toma muy en serio lo que dice. Los niños que tienen quien los comprenda reaccionan mejor que aquellos que no tienen a nadie.
  • Asegúrele que hizo bien en decirlo.
  • Dígale que no tiene la culpa por lo ocurrido.
  • Ofrézcale protección y prométale que hará de inmediato todo lo necesario para que el abuso termine.

Enviado por Analí Gomez.

3 comentarios

  1. Fabiana

    28/11/2015 at 15:17

    Me paso algo similar a lo de Camila sin embargo mis familiares son mas directos, Cuando tenia 6 añitos mi mamá solía dejarme sola con mi hermano de 16, él un día estando solos en un negocio que tenían mis padres me puso en la parte trasera de la camioneta de mi papá bajo mis blumers y acaricio mis partes intimas con su pene, al terminar su suciedad me dijo sube y no le digas nada a nadie porque sino te pego, crecí con ese recuerdo en mi cabeza cuando tenia un poco mas de edad comprendí que lo que mi hermano me había hecho era prácticamente una violación, fui viendo el trato preferencial que siempre tuvo mi madre hacia él y me daba rabia, comencé revelarme contra todos y cada vez que mi hermano buscaba golpearme yo lo amenazaba diciéndole que le contaría a todos, paso el tiempo y cuando yo tenia 16 años el siempre me trataba con muchas ofensas y un día se presento una discusión muy fuerte entre él y yo, ya que le había perdido el miedo la pelea que fue en presencia de mi madre, una hermana y mi papá le dije ya déjame en paz que te dedicaste a arruinarme la vida y si no me dejas en paz le contare a todos lo que hiciste, mi madre intervino y me grito ¡Ah y que vas a decir que abuso de ti cuando eras una niña! esas palabras me destrozaron completamente, mi madre siempre supo lo que me había hecho y se lo cayo y a quien mas apoyo fue a él, recuerdo que en medio de mi reveldia ella me llevaba a psicologos y yo nunca les dije lo que había pasado, porque yo no necesitaba a un extraño la necesitaba a ella a mi madre, pero ella apoyo fue al enfermo de mi hermano, hoy día tengo 38 años, ya han pasado 22 años de enterarme que mi madre siempre supo lo que e infeliz de mi hermano me habia hecho y no puedo perdonarla por no haberme protegido de sus agresiones posteriores, siento que estoy amargada y no puedo perdonarlos, aunque ellos nunca han buscado ese perdón, sin embargo le pido a Dios me perdone por el odio que siento hacia ellos.

  2. camila

    27/01/2015 at 08:30

    Hola,siempre he pensado que soy una mala persona y los demas no deberían acercarse a mi. Tuve conflictos con los otros niños durante la escuela,supongo que era la tonta y temerosa de la clase. Hoy tengo 18 años. Sufrí abusos siempre,de distintos abusadores,el 1ro sucedió cuando tenía cuatro años,vivíamos con mis tios mamá llego tarde a casa esa noche. Desde entonces sufrí pesadillas cada noche hasta hoy. La 2da vez tenía nueve años,hasta aca fueron intentos de abuso pero tocaron mi cuerpito. La 3ra vez (12 años)que sucedió fue espantoso,el mismo tío que terminó abusando de mi a los 16. Cuando me baño siento la suciedad de mi cuerpo y me lastimo la piel con la esponja,y lloro,lloro mucho. Calle esto porque sentía mucha veguenza y miedo de que no me creyeran,fue desesperante. Hoy no puedo tener una relacion saludable con un muchacho como una chica normal,termino asustando a la otra persona e incluso tengo deseos de lastimar o vengarme. Mi familia me odia,aveces pienso que terminaré con el brazo colgando a un lado de la cama y las muñecas sangrando. Tengo miedo de mi misma,no hablé para no separar a mi familia y ahora veo como se desmorona sola. Creo que es hora de hablar pero pienso que a lo mejor ya es tarde. Estoy asustada,nunca he recibido ayuda de verdad. Se que cuando hable nadie me creerá,asi es mi familia. Solo se que me robaron lo que a ninguna niña deberían,me destrozaron los sueños de elegir,de conocer mi cuerpo y quererlo. No estoy segura de cómo terminará esto pero si se que no me creeran. Hoy vivo encerrada con la cabeza metida en los libros,sin salir a bailar con «amigas» como hacen las chicas de mi edad. No tolero la idea de que alguien se me acerque. Y cada vez duermo mas tarde. No se qué hacer,mi familia me esta matando.

  3. nazario escamilla

    30/08/2014 at 06:57

    yo tengo una prima que sufrio abuso continuo por parte de su tio materno, que por suerte ella ya no vive con el ahora vive con nosotros y me ha sido dificil poder levantar su autoestima y sus recaidas por los recuerdos lo hacen aun mas dificil, pero he logrado que empieze a confiar nuevamente en las personas que la rodean actualmente.

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