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Angioma

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Descripción

Los angiomas son lesiones producidas por malformaciones de los capilares o de los pequeños vasos sanguíneos que proliferan y provocan unas lesiones características que pueden localizarse en la piel o debajo de la misma, y algunas veces en otros órganos del cuerpo como el sistema nervioso central, el hígado, el intestino, etc.

Desde el punto de vista médico se distinguen distintos tipos atendiendo a sus características histológicas (al estudio microscópico) y a su aspecto exterior.

Causas

No existe una causa conocida de estas lesiones, que generalmente son congénitas, es decir, se nace con ellas, y en la mayoría de los casos, cuando son de pequeño tamaño y no se tratan, persisten durante toda la vida sin más complicaciones.

Síntomas

Como se recogía en la definición, técnicamente se distinguen distintos tipos de angiomas atendiendo a sus características, y a los síntomas que producen.

Tipos de Angiomas

1.- El nevus flameo, también conocido como mancha en vino de Oporto, por el color rosado púrpura que tiene, es una lesión que aparece en el nacimiento generalmente en la piel del cuello, en la parte posterior junto a la base de implantación del pelo o en el cuero cabelludo. Estas manchas son producidas por dilataciones de los vasos y en algunos casos cuando son pequeñas, especialmente las que aparecen entre los párpados en la zona alta de la nariz, pueden desaparecer en unos meses. En otras ocasiones cuando las lesiones son grandes y se localizan en la piel del cuero cabelludo, suelen persistir toda la vida.

2.- Otro tipo de angiomas son los hemangiomas capilares o angiomas en fresa, así llamados porque forman una lesión elevada de color rojo brillante constituida por una gran cantidad de células de los capilares sanguíneos. Este tipo de lesiones son muy frecuentes y se desarrollan al poco de nacer y aumentan de tamaño en los primeros meses de la vida. Algunas de ellas desaparecen espontáneamente en los primeros años de la infancia o de la adolescencia quedando a veces una pequeña zona más pigmentada con una especie de cicatriz y una zona de piel arrugada.

3.- El hemangioma cavernoso es otro tipo de lesión vascular que también se eleva por encima de la superficie de la piel, de un color rojo a veces púrpura, que está formado también por un ovillo de vasos sanguíneos, algunas veces también incluyen vasos linfáticos. A diferencia de los anteriores este tipo de lesión no desaparece nunca de forma espontánea aunque a veces puede ulcerarse o sangrar como consecuencia de un traumatismo o del roce de la lesión sobre alguna superficie, produciéndose después un fenómeno de cicatrización que concluye con una involución parcial de la lesión.

4.- El cuarto tipo de angioma se llama angioma en araña o arañas vasculares. Son lesiones muy típicas con forma de araña de color rojo azulado y a veces brillante que están constituidos por una pequeña arteria más gruesa central de la que se ramifican, como la ramas de un árbol sin hojas, distintos brazos recordando a una araña, de dónde le viene el nombre. Este tipo de lesiones vasculares no son congénitas, y aparecen de forma espontánea en la infancia o en la edad adulta, la mayor parte de las veces sin relación ninguna con otra enfermedad del organismo.

En algunos casos los pacientes que tienen cirrosis hepática desarrollan este tipo de lesiones en la cara, que llegan a ser a veces muy llamativas. También las mujeres embarazadas o las que toman anticonceptivos orales pueden desarrollar estas lesiones con más frecuencia. Generalmente, no producen ninguna molestia, salvo la deformidad estética, y en el caso de las que aparecen durante el embarazo, pueden desaparecer espontáneamente unos meses después de haber dado a luz o después de haber suspendido el tratamiento con anticonceptivos.

5.- Finalmente, existe un quinto tipo de angiomas, llamados linfangiomas. Estas lesiones están compuestas por vasos linfáticos y vasos sanguíneos dilatados a veces formando quistes, suelen tener un color amarillento o pardo y rara vez más rojo o púrpura, dependiendo de la proporción de vasos linfáticos y de vasos sanguíneos que contengan en su interior. Cuando se pinchan con una aguja se obtiene un líquido incoloro claro que ayuda a confirmar el tipo de lesión.

Diagnóstico

El diagnóstico de los angiomas es sencillo, y se hace por un especialista que los identificará y reconocerá fácilmente por sus características inconfundibles. En casos de duda, o si se ha extirpado la lesión, se pueden estudiar al microscopio, donde las imágenes son típicas e inconfundibles, lo que permitirá hacer el diagnóstico certero.

Cuando los angiomas son grandes y aparecen en órganos internos, existen distintas técnicas como la resonancia magnética nuclear, la ecografía, etc., que permitirán medir su tamaño, determinar su localización, aunque muchas veces la imagen obtenida por los medios descritos puede confundirse con otras lesiones tumorales, lo que obliga a veces a hacer biopsias o técnicas quirúrgicas para su identificación definitiva.

PRONÓSTICO.

El pronóstico de estas lesiones, de naturaleza benigna, es siempre bueno, cuando hacemos referencia a los que se localizan en la piel. Como se ha comentado en algunos casos existen tumores vasculares hermanos de los que se observan en la piel, que se localizan en el sistema nervioso central, en el hígado, en el intestino delgado, etc. donde pueden provocar síntomas por compresión o sangrado.

Prevención

No existen medidas preventivas que puedan recomendarse para evitar la aparición de estas lesiones o disminuir su incidencia o sus complicaciones.

Tratamiento

El tratamiento de los angiomas es variado según el tipo, siendo en muchos casos innecesario, al tratarse de lesiones benignas que pueden coexistir con su huésped durante toda la vida.

El tratamiento de los nevus flameos, llamados también manchas en vino de Oporto, se puede hacer con láser pulsátil con resultados excelentes. Muchas veces, sin embargo, la lesión es pequeña y puede disimularse perfectamente con una crema cosmética que ajuste su color al de la piel del paciente. Su carácter benigno, no hace necesario un tratamiento, salvo por razones estéticas.
Los angiomas en fresa, llamados también hemangiomas capilares, tienen un tratamiento controvertido, pues muchos médicos prefieren tratar la lesión lo antes posible mientras que otros son partidarios de no hacer nada salvo que la lesión provoque un problema estético importante por su localización en la cara. Cuando se indica el tratamiento, éste consiste en administrar corticoides por vía oral entre dos y cuatro semanas, período a partir del cual en muchos casos la lesión remite lo que permitirá también ir reduciendo progresivamente la dosis del tratamiento.

Muchas veces no obstante, el paciente no experimenta ninguna mejoría, en cuyo caso hay que sospechar que los corticoides no han resultado, y se debe interrumpir el tratamiento. En estos casos la mayoría de los especialistas son partidarios de dejar la lesión, ya que la extirpación quirúrgica, que es posible y está indicada si se compromete un órgano vital de la persona, puede producir cicatrices y alteraciones estéticas, algunas veces peores que las provocadas por la lesión primaria.

El tratamiento del hemangioma cavernoso debe adaptarse según los casos teniendo en cuenta su tamaño, la localización y la importancia que el paciente o su familia quieran darle. En niños también se puede intentar la administración de corticoides por vía oral, lo que en algunos casos produce la resolución espontánea de la lesión. Cuando esto no sucede, en el resto de los casos se puede valorar la extirpación quirúrgica, y los muy pequeños se pueden resecar o destruir mediante electrocoagulación, con bisturí eléctrico.

Las arañas vasculares no necesitan tratamiento, y ya se ha comentado que las que aparecen durante el embarazo o como consecuencia del tratamiento con anticonceptivos, desaparecen muchas veces en los meses siguientes al parto o a la suspensión del tratamiento. Cuando se decide intervenir sobre la lesión, pueden conseguirse resultados mediante la utilización de láser disparado sobre la arterial central, que consigue la remisión de la lesión con mejores resultados estéticos que la electrocoagulación con aguja fina o la inyección de sustancias esclerosantes.

Los linfangiomas, quinto tipo de lesión, se pueden resecar quirúrgicamente, aunque esta resección exige profundizar hasta el tejido subcutáneo para asegurar su extirpación completa, dado que estos pequeños tumores suelen crecer en profundidad. No obstante hay que conocer que después de la extirpación quirúrgica pueden producirse reapariciones nuevas.

Enviado por Juan Carlos Mory

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