Recién llegado al mundo, tu bebé es sometido a una revisión bastante completa por parte del pediatra, para asegurarse de que todo esté bien. ¿En qué consiste este examen?
Cuando nace el bebé, el pediatra que asiste el parto se encarga de hacerle las pruebas necesarias para verificar su estado general de salud. Es aquí cuando elimina de sus vías respiratorias algunos residuos que le quedan, lo mide, lo pesa, y ve que no existan malformaciones.
Le observa la cara, ya que si es anormal puede representar un síndrome, especialmente si va acompañado de otras anomalías. El Síndrome de Down es la más frecuente, sin embargo, hay centenares de síndromes genéticos. Le mide el perímetro cefálico (de la cabeza) con una cinta métrica. Le palpa las fontanelas anteriores y posteriores, así como las suturas, que son las articulaciones entre los huesos no móviles del organismo, como son los del cráneo. El recién nacido acaba de pasar por el canal del parto, y estas suturas han tenido que estar en movimiento, por lo que todavía los huesos no están fusionados.
La prueba más importante para valorar el estado físico del bebé es la test de Apgar. Se realiza a todos los bebés al minuto de nacidos y se repite a los cinco minutos. La puntuación máxima es de 10 puntos, que se obtiene sumando 2 puntos por cada una de las siguientes características:
Cuando la Puntuación de Apgar es superior a 7 puntos, se considera que es un bebé sano, y la puntuación de 10 es para los bebés que están en excelentes condiciones fisiológicas. La puntuación baja resulta cuando el bebé presenta la piel pálida o azulosa, o su ritmo cardíaco es débil e irregular, o si muestra otros signos anómalos.
El test de Apgar se realiza dos veces porque la puntuación puede cambiar, según las condiciones específicas del parto y del bebé. Por ejemplo, los bebés nacidos por cesárea muchas veces están medio dormidos en la primera prueba, pero para la segunda ya se despejaron y califican normalmente.
Enviado por Grecia Alemán