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Bruxismo (Castañeteo dental) en los niños

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Definición

El bruxismo es un trastorno caracterizado por apretar, «trillar», «castañetear» o rechinar los dientes durante el sueño, que puede afectar aproximadamente a un 15% de las personas. La excesiva tensión muscular sobre las articulaciones mandibulares (témporo-maxilar) puede causar dolor local o en los oídos, además, puede ocasionar una alineación anormal de los dientes.

Muchos niños rechinan los dientes ocasionalmente, en otros constituye un hábito frecuente y violento que repercute negativamente en los dientes. Generalmente ocurre en la primera parte de la noche.

Causas

En algunos casos, puede deberse a una oclusión dental irregular, sin embargo, en la gran mayoría de los casos el bruxismo corresponde a una manifestación de tensión emocional, enojo reprimido, resentimiento o ansiedad.

Muchos padres asocian este síntoma con la posibilidad de parásitos intestinales y otros factores irritativos, sin embargo, ningún estudio científico avala estas aseveraciones.

Complicaciones

El castañeteo repetitivo puede ocasionar desgaste dental, defectos de alineación y mayores problemas de oclusión.

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es prevenir daños dentales permanentes y reducir el dolor.

Los padres deberán motivar al niño para que exprese sus sentimientos, emociones y temores antes de acostarse. Además, deberán ofrecerle soporte emocional. Un ambiente relajado y la aplicación de técnicas de relajación antes de acostarlo, pueden aliviar el problema. Debido a que este síntoma es manifestación de ansiedad, quizás sea conveniente pedir consejo profesional.

Cuando el problema es causado por una oclusión dental irregular, se puede corregir la mordida mediante técnicas de ortodoncia. También existen dispositivos protectores que evitan que los dientes se dañen.

Meyer Magarici

1 comentario

  1. marta

    06/12/2010 at 00:43

    Yo padecí muchos años bruxismo (unos 12). Desgasté totalmente mi dentadura (hasta que los dientes se me resquebrajaban). Luego me puse fundas y las gaste. Entre tanto, los dentistas sólo me mandaban la dichosa placa de descarga (por cierta, cara de verdad). Al final, usé varias técnicas y con paciencia y tesón he dominado mi bruxismo. No aprieto los dientes ni por la noche ni por el día. Y, ahora, soy capaz de dormir sin placa. Si alguien padece de bruxismo, acudir a un buen profesional y luchad para eliminar la enfermedad, no para paliar los daños (y mientras, pagando y pagando trozos de plástico (placas) a precio de oro).

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