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Capacidades del recién nacido

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Sistemas para recibir información

El bebé, neonato o recién nacido, cuenta con los órganos de sus sentidos para percibir las características de su entorno y lo que sucede a su alrededor. Esos verdaderos sistemas sensoriales están diseñados para recibir información del exterior, aunque no funcionan perfectamente al nacer.

El oído está bastante desarrollado al momento del nacimiento. La visión lo está menos pero progresa rápidamente durante los seis primeros meses. Si no reconoce las cosas que ve, necesitará experiencia sobre los objetos para reconocerlos y explorarlos de diferentes maneras, y así ser capaz de diferenciar unas cosas de otras. Eso sí, prefiere las figuras con una pauta o un dibujo a las que son lisas, porque con ello puede registrar mejor sus características.

Desde que está en tu vientre, es capaz de percibir sonidos. Los sonidos suaves y rítmicos (como los de tu corazón) lo tranquilizan porque fueron el contexto en el que pasó sus primeros meses de vida.

En estos comienzos de la vida existen «predisposiciones» o sistemas atencionales que hacen preferir unos estímulos a otros. Mediante el gusto y el olfato detecta sustancias del ambiente. Reconoce gustos y sabores, y lo manifiesta principalmente por sus reacciones y expresiones faciales, al igual que con las manos.

Sistemas de transmisión de información

El recién nacido no pretende comunicarse con los otros, no sabe que existen los otros en el sentido que lo saben los adultos. Sin embargo, está dotado de sistemas para manifestar su estado dando información a los que están a su alrededor para que lo atiendan.

El llanto es uno de los primeros y más eficaces sistemas para transmitir información, aunque no es el único; es como una respuesta refleja a un estado de malestar.

El principal medio de expresión es la cara. Cuando contrae los músculos estos dan lugar a diferentes expresiones que el adulto puede interpretar: desagrado, bienestar, alegría, cansancio.

La sonrisa aparece como una mueca que los adultos interpretan positivamente

Las primeras sonrisas son puramente fisiológicas, traducen una situación de bienestar, pero poco a poco se convierten en una manifestación de reconocimiento de objetos o acontecimientos, y van teniendo un valor social como vehículo de relación social. Las expresiones emocionales son el medio para la comunicación entre el niño y los adultos antes de que aparezca el lenguaje.

Sistemas para actuar

Al principio, el bebé actúa por reflejo, respondiendo ante los estímulos. Todas estas respuestas son esenciales para su supervivencia, como el succionar (succión) y deglución, o el cerrar la mano para atrapar un objeto (prensión). Después va desarrollando otros actos reflejos, como el de marcha, de reptación (que prepara el gateo), de natación, de parpadeo, de prensión plantar, de ascensión (subir escaleras, por ejemplo) y pataleo, entre otros. Todos estos reflejos lo van preparando para desarrollar todas las habilidades físicas que necesitará para interactuar con su medio.

Enviado por Javier Delgado

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