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Cibersexo

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El sexo es uno de los negocios más rentables de la red, miles de páginas con contenidos que van desde el erotismo hasta el hardcore (sexo duro) se despliegan con un sólo «click» del mouse. Además, las nuevas formas de comunicación en la red, que permiten la interacción en tiempo real e incluso con cámaras de video, han dado origen a conductas como el cibersexo.

Desde páginas culturales hasta formas extremas de pornografía se pueden encontrar en Internet.

Cerca de un 15% de los usuarios de Internet se conecta a alguno de los 10 sitios más populares de sexo en la red. Por si eso fuera poco, el 5% de los usuarios cambia su sexo una vez que está en línea.

Para sicólogos como la doctora Deb Levine, autora del libro «The Joy of Cybersex» (1998), la posibilidad de explorar nuevas formas alternativas al sexo tradicional serviría para terminar con ideas equivocadas del sexo y para conocer el punto de vista de los otros respecto de un tema que se considera tabú.

Sin embargo, el sexo virtual o cibersexo, también puede derivar en conductas enfermas. Tal es el caso de la denominada «adicción al sexo virtual», que lleva a las personas a conectarse a la red con el claro propósito de tener sexo con otros ciudadanos del ciberespacio.

Esta dependencia, según los expertos del Centro Para la Adicción On-Line, tendría sus orígenes en una baja autoestima, una imagen corporal distorsionada o una disfunción sexual sin tratamiento que lleva a los cibernautas, primeramente, a observar pornografía en la red y, luego, a involucrarse en actos de cibersexo.

Al Cooper, científico del Centro de la Sexualidad y Servicio Marital de San José en California (EE.UU.), explica esta afición al cibersexo por el sentimiento de seguridad que provee el entorno virtual, que motiva a los cibernautas a experimentar cosas distintas.

Cooper identifica tres características del contacto virtual que lo transforman en el entorno ideal para desarrollar patologías como la «adicción al cibersexo»:

Anonimato: Otorga la sensación de control sobre el contenido, tono y naturaleza de la experiencia sexual on-line. Así, cada cual puede expresar libremente sus fantasías en una especie de «laboratorio privado», sin el miedo de ser reprendido. En tanto, la cultura del ciberespacio acepta este tipo de demostraciones.

Disponibilidad: Se estima que son cerca de 200 los sitios pornográficos que se suman a los 70.000 sitios de sexo ya existentes en la red. Tal cantidad de información y su disponibilidad inmediata para el usuario son un vehículo excelente para caer en patrones de la búsqueda compulsiva de sexo en la red.

Escapismo: Si bien, en la mayoría de los casos, se busca el sexo en Internet como una vía de estimulación, el adicto al cibersexo transforma sus contactos eróticos a través de la red en una forma de liberar tensión. El escapismo permite, además, adoptar una nueva personalidad on-line.

Requisitos del adicto

  • Gasta tiempo en contactos con el sólo propósito de buscar sexo.
  • Usa el anonimato para involucrarse en fantasías, que no consigue realizar.
  • Ansioso por la próxima conexión a la red.
  • Pasa del cibersexo al sexo telefónico o al contacto personal.
  • Oculta las actividades que realiza en Internet.
  • Tiene un sentimiento de vergüenza o de culpa por su uso de Internet.
  • Disminuye su interés por el sexo con la pareja o «en el mundo real».

Enviado por Carol Figueroa.

1 comentario

  1. Chica_webcam

    08/08/2010 at 14:38

    Supongo que este es el resultado de un estudio y que son buenos profesionales los que interpretan el resultado. Sin embargo yo soy de esas chicas que entran en la red un martes o un piercoles por la tarde buscando sexo por webcam. Confío en encontrar a un chico guapo para calmar mis ansias. Si no, cualquiera vale.
    Mantengo relaciones sexuales tradicionales. Y que acuda con frecuencia al cibersexo creo q no me conviete en una adicta no entiendo que sea un tipo de comportamiento incorrecto. De ser asi todas mis amigas serian tambien enfermas…
    Besos. Lulu

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