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Crisis del hombre maduro

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«La crisis de la edad media puede presentarse desde los 40 hasta los 55 años. Por no saber que ésta existe, muchos hombres pueden, a esta altura de la vida, perder a sus esposas, familia y profesión.».

Es una etapa inexorable de la vida masculina y, en mayor o menor medida, tarde o temprano e independientemente de su condición social o cultural, todo hombre enfrenta esta crisis.

Sin embargo, los problemas de esta edad no corresponden a un estado menopáusico masculino, ya que éste no existe. Tampoco se trata de una decadencia hormonal, puesto que los niveles del hombre van descendiendo lentamente a través de su vida, en un ciclo que comienza cerca de los 18 años de edad y que corresponde a la máxima potencia sexual del varón.

Las causas que provocan esta crisis son de diversa índole. A primera vista, resulta inexplicable que el hombre se comporte como si hubiese perdido algo… y el problema es que no sabe qué. Probablemente, el origen se encuentre en muchas cosas no concretas: tal vez el deseo de reconocimiento a su trabajo de tantos años, la pérdida de los sueños juveniles y de las energías para conquistar el mundo, el recuerdo de las metas soñadas y proyectadas cuando sólo se tenía 20 ó 25 años, el deseo de una profesión más prestigiada, un mejor puesto en la empresa, un ascenso, etcétera.

Y esta desazón llega en plena «edad de la experiencia«, en la que se supone existe una desaceleración de todas las emociones y reacciones, es decir, una mayor capacidad de autocontrol; la madurez, la confianza en sí mismo; el hombre no necesita demostrarse nada y tiene una amplia capacidad de recibir y dar amor con diferentes miveles de placer.

Pero a pesar de los logros alcanzados, la crisis manifiesta sus síntomas:

  • Insomnio.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Problemas conyugales.
  • Insatisfaccion laboral.
  • Temor a las enfermedadess y a la muerte.
  • Y la temida impotencia sexual.

El hombre en crisis trata de salir de su medio, cambiando su actitud y comportamiento, incluso buscando cambios de empleo y aventuras rejuvenecedoras. Por desgracia, también es la edad en que aparecen con mayor frecuencia algunas enfermedades como la diabetes, la úlcera gastroduodenal, hipercolesterolemias, hipertensión arterial y la impotencia, que es un hecho o condición sine qua non.

Como una manera de liberarse de esta pesada carga, fácilmente se cae en el alcoholismo o se recurre a la conquista de mujeres jóvenes, intentando con ello una transfusión de juventud. Si funciona sexualmente, muchas veces sigue con ella y es capaz de abandonar su hogar.

Además, fuma y engorda en exceso producto del estrés y se agrega el insomnio, que cada vez se va haciendo más resistente a las dosis habituales de hipnóticos y tranquilizantes.

Sin duda, se trata de los síntomas de una época que se acaba. Y no ocurre sólo para aquellos frustrados con sus vidas. Esta crisis la presenta tanto el hombre que consiguió sus objetivos, como aquel que no lo hizo.

El primero se siente vacío y sin nada por que luchar; este es el hombre que trabajó por largos y duros años ahorrando dinero y bienes, privándose de muchas cosas, construyendo día a día el bienestar de su familia, soñando con la casa propia o el automóvil.

Ahora, con sus metas cumplidas, muchas veces se encuentra con una familia diferente, hijos que han crecido y que tienen intereses distintos; ya no les atrae compartir con sus padres, puesto que cuando ellos querían o lo necesitaban él estaba trabajando Ahora ellos quieren hacer una vida independiente con su propio círculo de amistades.

Por otro lado, el que no logró sus objetivos cae en la cuenta de sus limitaciones y tiende también a enojarse y deprimirse, sufriendo exactamente los mismos cambios en su hogar.

Ambos grupos sienten que su vida se ha rutinizado, se sienten desgastados, agotados, insignificantes, envejecidos y por primera vez ven a la muerte como algo que realmente existe, es decir, se sienten absolutamente deprimidos.

Pero los cambios no terminan ahí. Cuando la crisis ha llegado, el hombre también encuentra que su esposa ya no es la misma. Ella se ha liberado del cuidado de los hijos, ya no tiene las ataduras del cuidado del hogar y, además, siente y quiere iniciar una nueva vida; superar la etapa del matrimonio en el que sólo se habla con monosílabos y volver al período de antes de casarse, cuando conversaban por horas y planeaban el futuro.

Y lo peor es que la esposa juega un papel decisivo en la tarea de sobrellevar y superar este cambio de conducta del marido y que, justamente en este período, ella pasa la angustia del síndrome de la menopausia. Como resultado, muchas veces se ve a la mujer intentando ayudar a un hombre en plena crisis de la madurez. El clásico caso de un ciego conduciendo a otro ciego.

A consecuencia de todo lo anterior, el hombre reduce el contacto con su esposa e hijos, llegando a altas horas de la noche o la madrugada a su casa, aumenta la incomunicación, provocando un desencuentro en el plano afectivo, que desemboca también en lo sexual. Es aquí donde la mujer juega un papel muy importante y decisivo para la conservación del matrimonio. Estadísticamente se ha visto que aquellas esposas que entienden que el marido esta sufriendo una crisis, no hacen mayor cuestión por la inapetencia sexual de su pareja y, por lo general, todo vuelve a la normalidad después de superada la crisis.

Aquella esposa que no entiende o no tiene conocimiento de la existencia de este problema patológico de su marido, es muy probable que lo hostilice pensando en la infidelidad; en que ya no se siente atractiva. Con esta actitud, lo más probable es que se profundice mucho más la crisis y que desemboque en una ruptura definitiva (esto ocurre en un 20% de los casos).

Sin embargo, la mejor opción es ayudar al marido a salir del pantano y no hundirlo. Lo más importante es tener en cuenta de que se trata de un problema temporal y absolutamente superable en un plazo promedio de uno a dos años, luego de lo cual todo volverá a la normalidad.

Fuente: Dr. Eduadro Pino, urólogo y sexólogo. Director de la Sociedad Chilena de Sexología. Presidente de la Sociedad Latinoamericana para el Estudio de la Impotencia.
Enviado por Jorge Urbano

23 comentarios

  1. Adalgisa

    26/12/2015 at 15:20

    Qhisiera saber si conviene leer el articulo con el y hacerle saber que uno tiene conocimiento de la situacion. Y si no acepta la ayuda que hacer.

  2. Belén

    19/11/2015 at 12:57

    Hola a todos!
    Me sorprende que en el artículo se ponga a la mujer como responsable de que la relación continúe o no. A mi me dejó mi pareja, de la noche a la mañana y en pleno tratamiento de fecundación. Por supuesto, me echó la culpa de todo y juró y perjuró que no había terceras personas, simplemente que creía que vivíamos como compañeros de piso y que no nos queríamos. Yo ya era 14 años más joven que él. Él tenía 50 y yo 36. Me habló de su nueva concepción de la muerte. Intenté ayudarlo por todos los medios hasta que la verdad salió a la luz. Estaba enrollado con una alumna 30 años más joven que él (de 20 años), a la que dejó embarazada. Hoy ya es padre y vive tan alegremente, a pesar de haber destrozado mi vida, la de su familia, la de la mía y la familia de la niña con la que está, pues imagínense, él es mayor que sus suegros. ¿Qué es lo que hay que comprender entonces? 9 años y no he merecido ni una lágrima, ni unas disculpas. Todos tenemos crisis, momentos mejores y peores, y no nos da por destrozar la vida de nadie.

  3. jazmin M Bolaños

    23/10/2015 at 01:18

    Hola yo hoy en dia estoy atravesando por esta situacion que es terrible para una como pareja porque no sabemos que le teme el hombre y que siente que espera de una como pareja pero poco a poco viene dandose los cambios de sentirse joven nuevamente yo he ido observando y he sufrido mucho esto pero me he informado mucho sobre este tema. He estado hablando y confrontandolo sobre lo que a el le sucede y no suelta prenda alguna pero se que me engaña con una persona que trabajo en el mismo sitio con el es divorciada y 16 años mas joven de hecho era su amiga ahora es su amante pero yo si tome la decision de que el siga con su mentira de felicidad que es momentanea porque ya yo le pedi que me dejara seguir a mi porque las preocupaciones me estan dañando mi salud y sin ella no voy a poder vivir tranquila, Tengo cosas que realizar que no puede por criar a los hijos y trabajar y nunca me di chance para mis sueños que pienso realizar para alcanzar mi felicidad. Pero hay un dicho que dice que mujer joven no cuida viejo vamos a ver quien lo va cuidar cuando pasa a los sesenta que es pronto porque el tiempo no pasas desapercibido hay que verlo a travez del tiempo

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