Salir, conocer gente nueva, divertirse. Todo es válido, menos olvidarse la inteligencia y cometer errores de los cuales podemos arrepentirnos toda la vida.
Y esto no es nada difícil si se mezcla un poco de alcohol, una pizca de drogas y la excitación normal ante una persona que nos gusta.
En ese momento es cuando los pensamientos no son tan claros, las ideas no parecen tan rígidas y pensamos que, después de todo, por una vez que no nos protejamos, no pasará nada.
«¿Sida? Ella no, viene de una buena familia» o «Cualquiera puede ver que él está limpio» pueden convertirse en dos argumentos ilógicos que nos conduzcan a hacer algo igualmente ilógico y demasiado riesgoso: mantener relaciones sexuales sin protección.
Claro, tener unas copas de más o haberte drogado no son los únicos factores que puedan hacerte perder tu razón y dejarte llevar por el momento. Pero, sin duda, en esas condiciones todo se torna más confuso.
¿Cuándo decir basta en una fiesta? ¿Cuál es el momento apropiado para retirarte? Y, sobre todo, ¿cómo puedes disfrutar la fiesta plenamente y en forma segura?
El National Institute on Drug Abuse (Instituto Nacional de Abuso de Drogas, NIDA) de Estados Unidos recomienda estas estrategias:
Lo mejor, de todos modos, sigue siendo mantener la mente clara para hacer las mejores elecciones. Para lograrlo, el NIDA recomienda:
GABRIELA ABIHAGGLE