Extraño resulta encontrarse con personas que jamás han experimentado una hemorragia nasal. Por hurgarse la nariz cuando pequeños, debido a un golpe, la exposición a altas temperaturas o, simplemente, por generación espontánea, la mayoría de las personas ha experimentado alguna vez lo que clínicamente se conoce como epistaxis.
Se trata de una patología que se puede producir como consecuencia de infecciones locales, tales como rinitis y sinusitis; de infecciones sistémicas, como escarlatina, malaria o fiebre tifoidea, por simples golpes o traumatismos, y por enfermedades asociadas al flujo sanguíneo.
El Dr. Rosendo Storero, otorrinolaringólo del Departamento de esa especialidad de la Clínica Chutro, en Córdoba, Argentina, nos enseña un poco más del tema.
Puede provenir básicamente de dos áreas dentro de la nariz. Si se trata de una hemorragia anterior, la sangre sale de una región conocida como zona vascular de Kiesselbach, una suerte de ovillo ubicado en la parte anterior del tabique nasal. Esta es la epistaxis que habitualmente se da en niños y jóvenes. La epistaxis posterior, que por lo general afecta a adultos mayores, proviene de las arterias que irrigan la nariz.
En los niños es habitual, por el rascado de la nariz o por parasitosis. Este último es un problema que, por ejemplo, se da mucho acá en Córdoba, donde hay muchos parásitos. Lo que ocurre es que al chico le pica la nariz, se escarba, se lastima en la zona de Kiesselbach y empieza a sangrar. Además, esa parte queda sensible y posteriormente sangrará con más facilidad.
En la tercera edad también es un problema común, aunque más serio, porque generalmente está asociado a otras enfermedades.
En los ancianos sí. Tan grave que puede causar incluso la muerte en asociación con otras enfermedades, que la pueden tornar incontrolable. La causa número uno es la hipertensión, pero también está asociada a problemas vasculares y hepáticos.
En el caso de los niños, cuando existe demasiada repetición, una o más veces al día. Hablamos de aquel niño que está expuesto al sol por la tarde y sufre una vasodilatación y sangra; pasa un rato y sin ninguna razón vuelve a sangrar. Si una situación así se reitera durante dos o tres días, se debe consultar «sí o sí» a un médico.
En los adultos, la hemorragia nasal es menos común, pero tiende a ser abundante en cantidad. Si una persona percibe que el sangrado no para con rapidez, también es aconsejable la consulta profesional.
Domésticamente, apretar las fosas nasales entre sí, durante cinco o diez minutos, o poner tapones. Luego, evitar tocarse nuevamente la nariz.
En niños y jóvenes, si es epistaxis anterior, se hace tratamiento con taponajes, cauterización con nitrato de plata o con electricidad, lo que se conoce como galvanocauterio. Si la epistaxis se da en adultos mayores, se recurre al taponaje posterior, que puede ser con gasa o balones inflables. Ahora, cada vez que hay un taponaje posterior en personas de la tercera edad, necesariamente debe hacerse con internación, para verificar eventuales problemas hepáticos, vasculares o de hipertensión. Es necesaria la observación de un médico internista o clínico general, para que estabilice a ese paciente.
Enviado por Leyla Ramirez.