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Herpes genital

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El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual que puede tener un impacto devastador en la salud del feto y los recién nacidos. Aproximadamente 25 millones de norteamericanos padecen esta enfermedad, según los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos. Alrededor de 500 mil casos nuevos se registran cada año, incluyendo entre 1500 y 2200 recién nacidos. Para una mujer embarazada es especialmente importante reconocer los síntomas de esta enfermedad y buscar tratamiento médico inmediato si cree que puede estar infectada.

¿Cuáles son los síntomas del herpes genital?

Por lo general, poco después de contraer la enfermedad aparecen en el área genital grupos de pequeñas vesículas que pican y duelen. Entonces se revientan y producen dolorosas úlceras, acompañadas con frecuencia de fiebre, fatiga, molestia y dolor, así como secreciones de la uretra o la vagina. El primer ataque o ataque primario, usualmente termina en tres semanas. Los brotes recurrentes son por lo general más breves y menos severos.

Algunas infecciones de herpes –recurrentes y primarias– no muestran síntomas y pueden escapar al diagnóstico. Estas infecciones asintomáticas o silentes pueden empero contagiarse a otros.

¿Qué causa los herpes?

Los herpes genitales son causados por el virus de herpes simple, similar a los que ocasionan la varicela y los herpes comunes. Después de la infección inicial, el virus de herpes simple puede esconderse en las células nerviosas, donde el sistema inmunológico del cuerpo no lo pueda alcanzar. Entonces, bajo las condiciones adecuadas, el virus puede lanzar nuevos ataques.

Existen dos tipos de virus de herpes simple: el tipo 1, usualmente asociado a ulceraciones alrededor de la boca y los labios; y el tipo 2, que se asocia por lo general con lesiones genitales. No obstante, cualquiera de los dos tipos pueden infectar tanto el área oral como genital, y las madres con lesiones genitales causadas por herpes simple tipo 1, pueden transmitir la infección a sus bebés.

Influencias ambientales de diverso tipo –tales como el calor, la fricción, relaciones sexuales, menstruación, fiebre o estrés emocional- pueden desatar un nuevo brote. La persona promedio experimenta entre 4 y 7 recurrencias anuales. Con el tiempo los brotes tienden a ser menos frecuentes y menos severos.

¿Cuáles son los síntomas de una infección de herpes en los recién nacidos?

Algunos recién nacidos infectados desarrollan ulceraciones en la piel o la boca o infección en los ojos. Cuando la infección se mantiene limitada a estos órganos, el bebito infectado se puede desarrollar normalmente.

No obstante, las infecciones de herpes en los recién nacidos, con frecuencia se extienden al cerebro y muchos órganos internos. Estos bebés pueden mostrarse irritables, comen poco, y padecen de convulsiones.

Incluso con tratamiento, casi la mitad de estos niños muere o desarrolla daños cerebrales graves que pueden resultar en retraso mental, parálisis cerebral, ataques, ceguera o sordera.

¿Qué riesgos presentan los herpes durante el embarazo?

Los problemas, que incluyen aborto, parto prematuro, retraso en el crecimiento fetal e infección en el recién nacido, ocurren en el 40 por ciento de los embarazos complicados por infección de herpes (por primera vez) en la madre, según un estudio realizado por el Dr. Zane Brown, en la Clínica de Herpes durante el Embarazo de la Universidad de Washington en Seattle.

La infección por primera vez durante el embarazo supone un riesgo mayor al feto que la recurrencia de una infección pasada. Mujeres con brotes de infecciones pasadas no parecen presentar un riesgo mayor de aborto o parto prematuro. Cuando una mujer presenta una infección primaria de herpes activa, su bebé tiene un 50 por ciento de riesgo de contraer la infección durante el alumbramiento vaginal. El riesgo disminuye al 5 por ciento o menos cuando la mujer padece de un brote de una infección pasada.

En un nuevo estudio realizado por el Dr. Brown, alrededor de tres de cada 1.000 mujeres tenían infección de herpes asintomática pero activa cuando empezaron el trabajo de parto. Un tercio de los casos asintomáticos correspondían a infecciones primarias. Los bebés de mujeres con una infección primaria asintomática eran 10 veces más propensos a desarrollar infección de herpes que bebés de mujeres con brotes asintomáticos de una infección pasada. Lo que resulta especialmente alarmante es que estas infecciones silentes pueden escapar al diagnóstico y tratamiento. Actualmente los estudios demuestran que estas infecciones sin síntomas ocasionan la mayoría de las infecciones de herpes en recién nacidos.

¿Cómo se trata la infección de herpes?

El Acyclovir, una droga antiviral que puede suministrarse oralmente o en ungüento, puede reducir la duración de un ataque y ayudar a aliviar los síntomas. La forma oral, tomada preventivamente, reduce también la cantidad de ataques en pacientes con infecciones frecuentes. Sin embargo, ninguna de las formas de la droga debe usarse durante la gestación.

Recién nacidos infectados son tratados con acyclovir u otra droga antiviral llamada vidarabine. Estas drogas tienen mucho éxito en el tratamiento de infecciones localizadas de los ojos, piel o boca, pero son menos efectivas una vez que la infección se ha extendido hacia el cerebro u órganos internos.

¿Cómo puedo evitar contraer herpes durante el embarazo?

Para evitar contraer y transmitir herpes u otra enfermedad sexual cualquiera durante el embarazo, la mujer debe saber si su pareja está infectada. Esto es muy fácil si la pareja mantiene una relación exclusivamente monógama, pero si la pareja de una mujer embarazada tiene una historia previa de herpes y pudiera experimentar brotes, debe usar condón durante el acto.

Si la madre tiene herpes, ¿puede protegerse al bebé de la infección?

Si usted presenta síntomas que indican una infección activa en el momento del alumbramiento, el bebé puede protegerse por lo general con la práctica de una cesárea. Varios estudios han demostrado que practicando la cesárea, sólo uno de cada 16 bebés que nacen de mujeres con una infección primaria desarrollan herpes.

No obstante, algunas investigaciones indican que el 70 por ciento de las madres de niños con infecciones adquiridas al nacer no presentaban síntomas de herpes en el momento del alumbramiento. Los médicos no han desarrollado aún una buena vía para proteger a los bebés de estas infecciones asintomáticas. Hasta hace poco, en un intento por detectar infecciones asintomáticas, algunos médicos recomendaban que las mujeres con una historia de herpes se sometieran a exámenes de cultivo de virus semanalmente, comenzando alrededor de la semana 34 de gestación.

Lamentablemente estos cultivos no pueden usarse durante el trabajo de parto y el alumbramiento pues sus resultados sólo se logran pasados uno a tres días. Actualmente los médicos desarrollan estudios sobre análisis de sangre que permitan ofrecer diagnósticos más rápidos, que posibiliten una mayor detección de infecciones silentes durante el trabajo de parto para así prevenir más infecciones de recién nacidos.

Fuente: March of Dimes

1 comentario

  1. blanca

    13/09/2012 at 18:29

    es muy buena imformasion los felisito

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