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Importante incremento del cáncer de cabeza y cuello en mujeres

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Las enfermedades también tienden a la igualdad entre sexos. Un ejemplo de ello es el cáncer de cabeza y cuello, que en los últimos años ha experimentado un incremento muy importante, que los expertos atribuyen al aumento del consumo de tabaco y alcohol, en mujeres. Este hecho ha sido destacado por los oncólogos que han participado en Santander en una sesión monográfica sobre este tipo de tumores.

Las mujeres españolas cada vez consumen más tabaco y alcohol, lo que está provocando un importante incremento de los casos de cáncer de cabeza y cuello, según se ha puesto de manifiesto en Santander durante una reunión en la que han participado un centenar de especialistas. «Aunque se trata de tumores agresivos, tratados en los primeros estadios se curan en mas de un 50 por ciento de los casos», ha destacado Leopoldo Pérez de la Lastra, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Marques de Valdecilla, de Santander.

Pérez de la Lastra ha subrayado que, aunque los tumores de cabeza y cuello han sido siempre mucho mas frecuentes en los varones, en los últimos años las mujeres se han aproximado a los niveles de prevalencia masculinos debido a su incorporación a los hábitos del tabaquismo y mayor consumo de bebidas alcohólicas. «No hay ninguna otra explicación científica para este incremento en las mujeres».

Hasta hace unos años, «por cada 15 varones que desarrollaban cáncer de laringe se detectaba un caso entre las mujeres. Actualmente, por cada 5 varones con cancer de cabeza y cuello hay una mujer afectada. Debemos llamar la atención de la población sobre los efectos adversos del tabaco y el alcohol en la gestación de estos cánceres«.

Efecto potenciador

A este respecto, Miguel Macia, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital General de Cataluña, ha subrayado que «los hombres se van convenciendo de que hay que dejar de fumar y, en cambio, las mujeres se estan equiparando a los antiguos hábitos tóxicos que tenían los varones. El consumo de alcohol, al que se han incorporado las mujeres, incrementa los ya de por sí efectos nocivos del tabaco en los cánceres de cabeza y cuello».

Los especialistas insisten la necesidad de incidir en la prevención y en poder detectar el tumor lo más precozmente posible, ya que, «una vez que se ha extendido, su curación es más difícil». En estos casos, en opinión de Pérez de la Lastra, los avances terapéuticos han conseguido mejorar la supervivencia de los pacientes con tumor avanzado sin necesidad de extirpar los órganos afectados. «Se pretende que el paciente pueda vivir lo mismo, pero mucho más cómodo, sin necesidad de mutilar los órganos que permiten comer, hablar y relacionarnos con los demás, pudiendo llevar una vida normal».

Dentro de estos avances destaca la aparición de fármacos que protegen los tejidos sanos frente a los efectos tóxicos de la radiación. Uno de los efectos más importantes es la xerostomía, una pérdida de saliva que conlleva importantes secuelas: caries y caída de dientes, dificultad para masticar o tragar, pérdida del gusto y del habla, e infecciones bucales y fisuras. «Los fármacos radioprotectores permiten mantener e incluso incrementar las dosis de radiación y, por tanto, mejorar la eficacia de los tratamientos y la supervivencia».

Radioprotección

Los oncólogos consideran fundamental el hecho de poder evitar con estos nuevos fármacos radioprotectores, los efectos secundarios de la radioterapia, como son epidermitis, mucositis, ulceraciones, alteraciones glandulares y, sobre todo, la xerostomía.

La disminución en la producción de saliva también altera los gustos alimenticios, provocando compromisos nutricionales y pérdida de peso. Además, la interrupción del tratamiento debido a la mucositis radioinducida resta eficacia al tratamiento, puesto que las células cancerosas pueden repoblar el tumor».

Ha comentado que las líneas de investigación pretenden proteger los tejidos sanos frente a los efectos tóxicos de la radiación con el empleo de radioprotectores, que «actúan directamente sobre los tejidos normales haciéndose resistentes a la radiación y minimizando los efectos tóxicos. También permiten aumentar la dosis de radiación».

Combinaciones

En el cáncer de cabeza y cuello la radioquimioterapia simultánea intenta mejorar los resultados de la terapéutica radioquirúrgica clásica mediante la administración de radiación y citostáticos, que al administrarse en regimen concomitante interactúan entre sí, ha explicado el profesor Alfonso Villar, jefe de la Unidad de Investigación Multidisciplinar del Hospital de Nuestra Señora de la Candelaria, en Tenerife.

Para el especialista, la alternativa ideal sería que el aumento del control tumoral se consiguiera sin incrementar la toxicidad del regimen radioterápico básico empleado. Sin embargo, Villar ha reconocido que esto no suele ser posible y, por lo tanto, «hay que aceptar un aumento de la toxicidad. Siempre que resulte un esquema tolerable, el regimen de radioquimioterapia simultánea será útil en la clínica».

Las bases biológicas de la interacción de la radio y quimioterapia son muy complejas y, en la actualidad, no es posible diseñar en el laboratorio regímenes que, con precisión, se puedan aplicar en la clínica. «Este es el motivo por el que la mayoría de los esquemas que se aplican no tengan unas bases experimentales elaboradas, sino que consisten en la adición, con base en la mera intuición, de ciertas dosis de citostáticos en determinadas fases de un ciclo de radioterapia».

De momento, la estrategia es intentar evitar al máximo las complicaciones derivadas de los tratamientos. Las limitaciones llevan a Leopoldo Pérez de la Lastra a reiterar el beneficio clínico del empleo de medicamentos radioprotectores, ya que, «al proteger a los órganos sanos y no a los afectados, no sólo conseguimos prevenir algunos de los efectos adversos de la radioterapia, sino que también podemos actuar de forma más radical en la erradicación de la neoplasia».

Enviado por Carol Figueroa.

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