Inteligencia emocional en bebés

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En esencia, las emociones son impulsos para actuar. En el ser humano desde que nace, las emociones son modeladas por la experiencia y la cultura en la que vive, y aprende la forma de manejarlas y de expresarlas. Las acciones del bebé tienen dos diferentes formas de conocer el mundo: una con el pensamiento y otra con las emociones, mediante la experiencia social. El aprender a controlar esas emociones es una parte importante de lo que se ha denominado como «inteligencia emocional«, que puede no tener relación con la inteligencia práctica, ni con las habilidades neuromotoras.

«La inteligencia emocional» de Daniel Goleman

En su estupendo libro: «La Inteligencia Emocional«, Daniel Goleman explica que existen cientos de emociones, junto con sus combinaciones, variables y matices. Señala que los sentimientos básicos son la ira, la tristeza, el temor, la felicidad, el amor, el asombro, la vergüenza/culpa, y la ira, entre otras.

La respuesta emocional puede ser combinada, por ejemplo, el impulso de huir nace de una combinación entre el temor, el miedo y la ira. La respuesta emocional es instantánea y automática, frecuentemente. Recientemente denominada «La mente emocional» es «como un radar» para percibir el peligro. El inconveniente de que reaccione tan rápido es que puede percibir datos erróneos o falsos.

El calor o el frío de una emoción es muy breve, sólo dura unos segundos, no minutos, horas o días. Cuando las emociones duran es cuando se evoca la emoción primera, como cuando el niño tiene una experiencia divertida al jugar con el abuelo y cada vez que la recuerda vuelve a sentirse feliz.

¿Cómo funciona la mente emocional?

Los pensamientos juegan un papel clave en las emociones que son provocadas. El pensamiento está antes del sentimiento; en este proceso podemos identificar las emociones más complejas como la vergüenza, que es una emoción que sigue a los pensamientos.

La mente emocional es asociativa es decir, conecta cosas o sucesos a partir de cómo los percibió el niño. La memoria emocional explora experiencias pasadas comparando lo que sucede en el momento, con lo que ocurrió antes. Si un elemento de la situación actual es similar al pasado, establece un circuito y actúa antes de que se confirme esta asociación.

Las interacciones del bebé en los primeros años de vida con la madre, el padre, los hermanos y los familiares cercanos como los abuelos, los primos, los tíos, proporcionan un conjunto de lecciones emocionales basadas en la adaptación a las circunstancias del entorno en el que vive y en las dificultades de los contactos entre él y las personas de su entorno. Estos primeros recuerdos emocionales se establecen antes de que el niño maneje el lenguaje que le permita expresar su experiencia y entender los acontecimientos.

En el niño, las emociones son personalizadas, los acontecimientos son percibidos alrededor de sí mismo, como cuando tira un objeto y dice que se le vino encima; todavía no ve otro punto de vista.

Enviado por Grecia Alemán