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Intoxicación alimentaria

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Cada vez que nos sentamos a la mesa, acompañados o solos, podríamos sufrir de una intoxicación alimentaria. Y no por comer en exceso y ganar unos kilos extra, sino por la presencia inadvertida de microorganismos en los bocados que con tanta alegría nos llevamos a la boca.

Año a año se producen cinco mil millones de casos de gastroenteritis en niños menores de un año debido a alimentos contaminados.

La intoxicación alimenticia es un término genérico que se aplica a ciertas afecciones de evolución rápida, generalmente de naturaleza entérica y que se adquieren tras consumir alimentos o agua contaminados.

Escondidos tras los más complicados nombres como Camphylobacter jejuni, Salmonela, Estafilococo áureo, Clostridium perfringes, Vibrio vulnificus, Shigela, estos microorganismos son la causa de serias enfermedades estomacales que pueden, incluso, cobrar víctimas fatales en personas de edad avanzada y de salud frágil.

En Estados Unidos, país en el que las medidas sanitarias tienen un control muy estricto, se calcula que los millones de casos anuales de problemas estomacales tienen un costo que oscila entre uno y diez mil millones de dólares.

«El término genérico de enfermedad alimentaria es usado corrientemente para indicar las patologías agudas que se manifiestan en el consumidor después de la ingestión de alimentos contaminados», define el Dr. Aureli, especialista en nutrición italiano, quien ha escrito sobre el tema.

¿Víctimas o culpables?

Sí a ambos. «Las enfermedades ligadas al consumo de alimentos -prosigue el médico europeo- son consideradas la mayor causa de morbilidad tanto en los países industrializados como en los que están en vías de desarrollo. Se ha calculado que cada año se producen cinco mil millones de casos de gastroenteritis en niños menores de un año y la mayoría de estos casos se debe a la ingestión de alimentos contaminados».

La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, organismo encargado de controlar y regular los fármacos y alimentos en dicho país, ha dado especial importancia a la tarea de combatir la contaminación de la comida. Gran parte de esta labor preventiva descansa en los hombros de los mismo consumidores, no sólo porque son los principales afectados, sino porque al menos un 30% de estas enfermedades son el resultado del manejo descuidado de los alimentos en el hogar.

El término «intoxicación» se aplica a los envenenamientos producidos por contaminantes químicos (metales pesados, fluoruros y otros), a través de toxinas elaboradas por el desarrollo bacteriano (toxina estafilocócica, toxina botulínica) y por diversas sustancias orgánicas que pueden encontrarse en alimentos naturales como ciertos hongos, almejas, anguilas y otros productos comestibles del mar.

La prevención empieza por casa

Para el Dr. Aureli, «cada alimento presenta características químico-físicas que contienen un efecto selectivo (obstáculo) sobre la multiplicación de una población de gérmenes contaminantes como la humedad, la acidez del medio, la temperatura y la atmósfera que circunda al alimento».

Los síntomas comunes de las enfermedades causadas por alimentos contaminados incluyen diarrea, calambres abdominales, fiebre, dolor de cabeza, vómito y severo agotamiento. Sin embargo, varían de acuerdo con el tipo de bacteria y la cantidad del contaminante ingerido. En algunos casos, pueden presentarse a la pocas horas de haber comido los alimentos contaminados y en otros, demorarse varios días y hasta semanas.

¿Cómo evito una intoxicación?

  • Hay que guardar los medicamentos en su envase original.
  • Almacenar bien los productos tóxicos.
  • Guardar los alimentos en los lugares apropiados y vigilar su fecha de caducidad.
  • Si las latas de las conservas presentan abolladuras o al abrirlas expelen gas o están fétidas, es mejor depositarlas en la basura.
  • En el supermercado, mirar bien la fecha de expiración de los alimentos y el estado del envase.

Enviado por Jesús Herrera.

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