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La cirugía contra la obesidad puede ser sólo el primer paso

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A medida que la cirugía contra la obesidad mórbida se vuelve más frecuente, lo mismo ocurre con las cirugías plásticas que después necesitan muchos pacientes, indicaron investigadores.

Mientras que la cirugía contra la obesidad ayuda a perder mucho peso, también deja a los pacientes con un exceso de pliegues de piel flácida. El problema es más que una simple cuestión estética, ya que la piel colgante puede provocar dolor y es más susceptible a las infecciones.

De modo que para muchas personas, la cirugía contra la obesidad es apenas la primera de un conjunto de intervenciones quirúrgicas.

En la revista World Journal of Gastroenterology, un equipo de cirujanos plásticos en Nueva York detalló los procedimientos para «contornear el cuerpo» necesarios después de perder mucho peso.

A menudo, sostienen, no es suficiente una sola cirugía para «aplanar el abdomen» y los pacientes necesitan una lipectomía, en la que se elimina la piel excesiva en la cintura y la cadera.

Asimismo, los hombres y las mujeres suelen tener pliegues de piel en la zona de las mamas. En los hombres, los cirujanos extraen el exceso de piel y el tejido subcutáneo, mientras que muchas mujeres optan por los implantes mamarios junto con el levantamiento de las mamas.

Otros problemas posteriores a la cirugía contra la obesidad incluyen la flacidez de la piel en los brazos que da una apariencia de «ala de murciélago» al levantarlos y la piel excesiva en los muslos. De vuelta, la solución es retirar el tejido sobrante.

«La pérdida de peso masiva después de la cirugía deja a muchos pacientes con colgajos desagradables de piel y grasa y, de alguna manera, el paciente luce peor que antes», dijo en un comunicado el doctor Jason A. Spector, autor principal de la revisión de estudios.

Sin embargo, la lipoescultura le puede ofrecer a muchos de esos pacientes una «transformación sorprendente» en un cuerpo más saludable y en forma, agregó Spector, profesor asistente de cirugía en Weill Cornell Medical College, Nueva York.

Aun así, como las cirugías para perder peso en sí, la lipoescultura tiene riesgos, como las hemorragias durante la operación y un bajo riesgo de formación de coágulos.

Tras la intervención, algunos pacientes tienen infecciones en las heridas, hernias abdominales o adormecimiento del lugar donde se retiró la piel. Y todos los pacientes deberían aceptar ciertas cicatrices inevitables.

Pero con el aumento de la demanda de la lipoescultura, los resultados mejoraron, indicó Spector.

«Y a medida que cada vez hacemos más de esas cirugías, algunos cirujanos ya atendieron cientos de pacientes, perfeccionamos las técnicas y obtenemos mejores resultados», agregó.

El equipo destacó que la lipoescultura corporal después de la cirugía contra la obesidad es el campo con mayor crecimiento dentro de la cirugía plástica.

En el 2004 se realizaron casi 56.000 de esas cirugías, indicó American Society of Plastic Surgery.

FUENTE: World Journal of Gastroenterology, noviembre del 2006.

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