Masoterapia

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La mesoterapia actúa previniendo algunas enfermedades mediante masajes. Los masajes suelen ser utilizados sobre un punto específico o zona más amplia, para causar algún determinado efecto. Los masajes consisten en la aplicación de una fuerza mecánica sobre la superficie corporal, ya sea músculo, tendón, o ligamento. Mediante la oxigenación de los músculos y órganos se estimula la circulación, tanto linfática como sanguínea, provocando un efecto relajante y disminuyendo la tensión, lo que acarrea la sensación de bienestar y el mejor funcionamiento de los órganos. Este tipo de terapia es especialmente aconsejada después de algún ejercicio que demande mucha actividad física, y en aquellos casos es los cuales aún después de haber dormido toda la noche, se despiertan con sensación de cansancio, lo que ocurre debido a que muchas veces los músculos permanecen tensos durante el sueño.

El tipo de masaje a aplicar dependerá de la afección y la patología de cada paciente y existen diversos tipos, como por ejemplo: masaje terapéutico o clásico, drenaje linfático, masaje vogler, masaje cyriax o trasverso profundo, drenaje venoso, masaje en el niño, masaje deportivo, masaje de tejido conjuntivo, etc.

Beneficios de la Masoterapia

La masoterapia permite la oxigenación de la sangre y es por ello que constituye el tratamiento ideal para las personas afectadas por problemas circulatorios, ayudando a la eliminación del dolor y las molestias. Las personas afectadas por la celulitis encuentran en esta terapia una forma de mejorar la circulación de linfa, eliminando la piel de naranja. La masoterapia se utiliza también para eliminar cualquier tipo de rastro de migraña, estrés o tensión y para estimular el funcionamiento de los órganos internos, lo que favorece la digestión y excreción. Trata problemas de mala postura eliminando la tensión de los nervios afectados por malos movimientos, dolores de cuello, hombros, etc.