El paso de la infancia a la adolescencia viene acompañado por la aparición de una erupción cutánea más o menos severa que se conoce como acné. Esto se debe a una mayor concentración de las hormonas masculinas que hace que las glándulas que producen grasa aumenten de tamaño. Este fenómeno no se limita a la pubertad, sino que muchas personas lo padecen hasta bien entrada la adultez.
Estas glándulas se encuentran en los lugares donde el acné es más común: cara, pecho y parte superior de la espalda. Las glándulas sebáceas producen una substancia llamada sebo, que llega a la superficie de la piel a través del folículo, que es el conducto donde se encuentra el pelo.
En ocasiones, este conducto se tapa y así se forman los llamados comedones, granos o barritos, que son las lesiones iniciales del acné.
Debido a que está directamente relacionado con la actividad hormonal, el acné se puede agravar en las mujeres durante los ciclos menstruales.
El estrés es otro factor que influye, así como la historia familiar de problemas de piel.
Dado a que no existen formas de prevenir el acné, es importante tomar medidas para controlarlo y evitar que se agrave:
Fuente: Dr. Rubén Hinojosa-Ayala, dermatólogo, y Asociación Americana de Dermatología
Aurora
10/04/2010 at 23:08
quiero saber si hay alguna crema para desmanchar la piel,area axilas etc…GRACIAS