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Recién nacido: características físicas

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Talla y Peso

Tanto el peso como la talla varían mucho entre un bebé y otro. Sin embargo, el peso promedio del bebé oscila entre los 2 y los 4.5 kgs, mientras que la talla va de 45 a 51 cms. de largo.

En un recién nacido, la cabeza es más grande: representa una cuarta parte de la longitud y del peso del cuerpo; en un adulto, la cabeza es de una octava parte de su estatura, en promedio.

En cambio, sus piernitas son desproporcionadamente cortas. Pero desde el nacimiento hasta la madurez, la cabeza de una persona duplica su tamaño, mientras que el tronco lo triplica, los brazos lo cuadruplican, y las piernas crecen cinco veces su tamaño original.

Sabías que…
La estatura que alcance tu bebé en su madurez dependerá básicamente de dos factores: la calidad de su alimentación, y su genética.

Lo maravilloso es que este crecimiento no es desordenado. El cuerpo va creciendo, tanto en tamaño como en complejidad, a partir de la cabeza, siguiendo por el tronco, los brazos y las piernas. Este orden tiene un objetivo, que es controlar no solamente el desarrollo físico, sino también lograr el control del bebé sobre su propio cuerpo. Por eso puede sostener firme la cabeza antes de aprender a sentarse, y cuando gatea, se impulsa primero con los brazos y la parte superior del cuerpo. En un perrito, por ejemplo, se puede ver que sus patitas traseras se arrastran en los primeros días de vida, y el cachorro usa sus patas delanteras para impulsarse: está regido por el mismo principio.

Y desde luego, antes de aprender a caminar, un bebé ya es capaz de dominar de tal manera los movimientos de las manos y los dedos (lo que se llama tacto fino), que puede recoger del suelo una hebra de hilo o una basurita casi invisible (lo malo es que seguramente se las llevará a la boca, así que hay que vigilarlo).

Piel

La piel de tu bebé, que es suave y delicada, aparece cubierta de una sustancia grasosa semejante a una crema transparente; esta sustancia sebácea se llama vérnix y cuando tu bebé estaba dentro del útero, servía para proteger su piel; ahora también cumple esa función, pero además ayuda al bebé a mantener la temperatura de su cuerpo. Y es bastante frecuente que haya una descamación de la piel, que puede presentarse durante los primeros días de nacido.

Muchos bebés nacen con la piel cubierta por un fino vello, que se llama lanugo y que suele desaparecer después de unos cuantos días.

Manchas y colores

Por lo general, la piel de los recién nacidos es muy rosadita. Es común que presente manchas y en ocasiones hay otros tipos de tonalidades. Estos son:

Tinte amarillento. Esta condición se llama ictericia del recién nacido, y se debe a la liberación del pigmento denominado bilirrubina en los primeros días de vida del bebé. En la mayoría de los casos, este problema se resuelve con la simple aplicación de una luz especial. Sin embargo, hay veces, raras, en las que es necesario practicar un cambio de sangre al bebé, para que esto no se agrave. Tu pediatra será quien decida.

Piel muy roja (rubicunda). Si la piel de tu bebé es demasiado roja, el pediatra tendrá que revisarlo para saber qué está causando esta condición, por ejemplo:

  • Policitemia. Es un aumento en la cantidad de glóbulos rojos. Requiere de tratamiento médico.
  • Eritema tóxico del recién nacido. También llamado exantema toxoalérgico. La piel del bebé se ve roja pero salpicada de ronchitas, llamadas máculas. Estas se deben a un problema alérgico de irritación de la piel causada por la ropa, detergentes, lociones, etc., y desaparecerán al momento de retirar el agente que la ocasionó.
  • Cianosis. Es la coloración azulada de la piel, que se presenta muy frecuentemente cuando el bebé padece de un trastorno cardiaco o pulmonar, o bien cuando sufre de hipotermia (temperatura baja).

Hemangiomas planos. Son manchas irregulares de color rojo cereza que con el paso del tiempo tienden a desaparecer. Sin embargo, hay otro tipo hemangiomas, los denominados cavernosos, que se caracterizan por presentar relieves y que requieren de la intervención de un especialista. Los hemangiomas son más comunes en la cara (nariz, párpados y frente) y en la nuca. Tienden a desaparecer con el tiempo.

Mancha mongólica. Se trata de una mancha violácea en la parte baja de la espalda. Desaparecerá o se aclarará con el tiempo, y no es signo de peligro. Por lo general, es hereditaria.

Acné neonatal. Sí, claro, tu bebé puede padecer de acné a tan tierna edad, es algo normal. Se manifiesta con granitos en la cara, muy semejantes al acné juvenil. Este problema se corregirá en los primeros meses de vida.

Cabeza

La cabeza del bebé es siempre la parte más grande del cuerpo y por lo general se ve desproporcionada con respecto al resto.

En caso de que hayas tenido un parto natural, es común que la cabeza de tu bebé se vea incluso un poco deforme, lo cual no es motivo de preocupación. Resulta que para que tu bebé pudiera nacer, su cráneo tuvo que irse amoldando a los huesos de la pelvis de su mamá conforme iba saliendo a través de la vagina o canal del parto. Sin embargo, esto forma parte del proceso natural, no le afecta a tu bebé en lo más mínimo, y en poco tiempo, su cabeza retomará la forma normal.

Los «huecos» que se le sienten al bebé en la cabeza (lo que comúnmente se conoce como «mollera»), se llaman fontanelas y son los espacios donde los huesos del cráneo todavía no se han unido. Para que el cráneo quede totalmente formado, esto es, que todos los huesos que lo componen estén perfectamente soldados, se necesitarán aproximadamente de 18 meses a dos años.

Ojos

Desde el momento en que tu bebé nace y abre sus ojos, ya puede ver, aunque todavía sus músculos oculares tienen que aprender a enfocar. Acércatelo a una distancia no mayor a 25 cms., ya que es como mejor puede distinguirte. Al nacer, casi todos los bebés tienen los ojos azules, casi grises; después del nacimiento adquieren su color definitivo a través de la melanina, un pigmento que coloreará el iris según instrucciones muy precisas del código genético de tu bebé.

Genitales

Es posible que tanto los genitales como los pechos de tu bebé, sin importar si es niño o niña, estén un poco inflamados al nacer. Esto se debe al efecto de algunas hormonas en su organismo.

Enviado por Javier Delgado

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