Signos de la depresión

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Sientes deseos de llorar por todo y por nada y discutes con tus padres con más frecuencia que antes (y eso ya es mucho decir). La verdad es que ya no tienes ganas de salir con tus amigos.

A lo mejor es porque terminaste con tu novio o novia. Quizá tus padres se están divorciando o murió un ser muy querido para ti. ¡O sólo es que últimamente ha desaparecido tu buen humor y ni siquiera sabes por qué!

¿Te suena familiar? La tristeza y la melancolía son sentimientos normales que se intercalan con otras emociones en tu vida cotidiana.

Sin embargo, cuando arrastras ese estado de ánimo durante más de un par de semanas, ya no se trata de una simple tristeza, sino de depresión, una enfermedad que afecta todos los aspectos de tu vida.

«La depresión te hace sentir sin energía, sin esperanza, sin ilusiones para el futuro. Luego, comienzas a tener trastornos del sueño (a dormir más o menos que antes), tienes problemas para concentrarte, estás más pesimista y te vuelves más irritable (por eso buscas pelear con todo el mundo y por cualquier causa)», explica el doctor Eugenio Rothe, médico psiquiatra y director de la Clínica de Psiquiatría para niños y adolescentes del Jackson Memorial Hospital, en Miami.

Y te sorprendería saber la cantidad de jóvenes que están en esas condiciones. La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (American Academy of Child & Adolescent Psiquiatry), calcula que entre el 3 y el 5 por ciento de la población adolescente experimenta depresión clínica. Esto significa que de 100 amigos o conocidos, entre 3 y 5 podrían estar deprimidos.

El mayor problema de esta enfermedad es que va empeorando y llega un momento en que sientes que tus problemas son insalvables. Entonces, puedes comenzar a pensar que la única salida es el suicidio.

Pero no debes esperar hasta ese día para hacer algo. Mientras más temprano busques ayuda profesional, más fácil te será volver a sonreír y ser el de antes.

«La depresión es tratable mediante terapias psicológicas y, a veces, medicamentos. Incluso, en muchos colegios hay consejeros escolares dispuestos a escuchar y guiar a los adolescentes que tienen problemas«, dice el doctor Rothe.

GABRIELA ABIHAGGLE