La sinusitis es una inflamación de los senos paranasales y una de las enfermedades más comunes, casi tanto como el resfrío.
Se estima que un adulto tiene en promedio cuatro episodios de enfermedades en las vías respiratorias altas al año y el 1% de éstos deriva en sinusitis.
Los senos paranasales son cavidades huecas, llenas de aire y están diseñados para alivianar el peso de la cabeza y servir de caja de resonancia para hablar. Además, entibian el aire que inhalamos y lo limpian.
Están cubiertos por células mucosas y por cilios (pequeños vellos) que barren continuamente los cuerpos extraños y los agentes patógenos que vienen en el aire que respiramos.
Según explica Gloria Ribalta, otorrinolaringóloga de la Clínica Las Condes, la sinusitis es producto de un error evolutivo. Esto, porque los orificios por los cuales salen las secreciones nasales están en la parte superior de los senos y todo el trabajo de barrido de los cilios también se realiza hacia arriba, en contra de la fuerza de gravedad.
Cuando un cuerpo extraño obstruye los orificios, ya sea por la contaminación, por la inflamación del resfrío o por la alergia, se produce un ambiente sin oxígeno. Esto altera el movimiento de los cilios y favorece el crecimiento de los gérmenes, dando paso a la sinusitis.
Cuando los alergenos entran en el organismo, el sistema inmune libera un anticuerpo llamado inmunoglobulina E (IgE) para combatirlos.
Esta es una enfermedad totalmente democrática y todos estamos expuestos a sufrirla, pero los asmáticos y quienes tienen alguna alteración anatómica en el drenaje de los senos están más predispuestos a desarrollarla.
El tratamiento principal es mediante antibióticos y puede agregarse, además, algún fármaco descongestionante.
Si después de 4 o 6 semanas de tratamiento bien hecho no hay resultado, la enfermedad puede requerir un tratamiento quirúrgico, que consiste en quitar la mucosa infectada y ampliar el orificio natural para que los senos paranasales drenen de mejor forma.
Enviado por Daniela Fernández.