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Una medicina revolucionaria contra el colesterol

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Así que, después de todo, probablemente deberían poner estatinas en el agua del acueducto como, un poco en broma, han sugerido algunos cardiólogos.

Cada vez que los cardiólogos se reúnen, inevitablemente surge el chiste de poner estatinas en el agua. Esto refleja su confianza en el poder de las estatinas para bajar el colesterol y su frustración porque millones de personas no lo saben, y no las usan.

Las estatinas son uno de los grandes descubrimientos de los últimos tiempos. Reducen el colesterol espectacularmente, y lo hacen mucho mejor que los más severos regímenes de dietas y ejercicios. Una disminución de 60 puntos en el colesterol no es nada difícil con el uso de estatinas.

Las estatinas impiden la obstrucción en las arterias e inclusive pueden invertir el proceso. La gente que toma estatinas disminuye en un tercio su riesgo de ataque cardíaco y viven más tiempo.

El medicamento es fácil de tomar y prácticamente no tiene efectos secundarios.

Unos 8 millones de estadounidenses lo consumen ahora, pero los expertos dicen que 20 millones, quizás hasta 30, debieran consumirlo. Estas sustancias «han tenido el mayor impacto que se haya visto en las últimas tres décadas», afirmó el cardiólogo Antonio Gotto.

«Con una aplicación más amplia, tendrían el potencial de marcar una tremenda diferencia en relación con la muerte e incapacidad física provocadas por enfermedades coronarias».

Pero, ¿por qué estos medicamentos se utilizan tan poco? Algunos pacientes tienen demasiada aversión a las medicinas como para tomarlas. Con un costo de $100 al mes, solamente el precio basta para alejarla de todos. Sin embargo, se supone que los precios disminuyan en los próximos dos o tres meses, cuando surjan medicamentos genéricos más baratos.

Hay seis marcas disponibles: Lipitor, Zocor, Pravachol, Lescol, Mevacor y Baycol. Se les llama estatinas porque su nombre genérico, como la lovastatina y la atorvastatina, termina de la misma manera. La primera de ellos apareció en el mercado hace una década, pero gran parte de su valor se ha puesto de manifiesto durante los últimos cinco años.

por DANIEL Q. HANEY

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