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Uñas encarnadas

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La uña encarnada (nombre científico onicocriptosis) es una patología que se presenta con relativa frecuencia y corresponde a una enfermedad propia de la civilización, debido al uso del calzado (el cual produce una presión extrínseca sobre el dedo o dedos afectados), ya que en los indios y personas que siempre están descalzos, se observa muy raramente. También se le puede atribuir al corte indebido de la uña.

Cuando se presentan estos factores en forma aislada o en conjunto, comienza el proceso de inflamación del tejido blando subyacente a la uña, con la consiguiente invasión de bacterias propias de la piel, produciéndose así un absceso «en cuello de botella», que tiene dificultad para su drenaje por la inflamación y la persistencia de la presión sobre el dedo. Como consecuencia ocurre una mayor inflamación de la zona, perpetuándose entonces este ciclo.

El tratamiento en sus inicios es la prevención: se deben utilizar calzados cómodos que no aprieten, de manera de permitir que los dedos se encuentren libres. Además el corte de las uñas se debe realizar en ángulo recto y no en forma ovalada.

Fases

Una vez que se presenta la uña encarnada, se realizará el tratamiento dependiendo de la fase de inflamación en la cual se encuentre el proceso:

1. Fase I (fase inflamatoria)

Se observa enrojecimiento de la zona afectada y aumento de la sensibilidad. El tratamiento consiste en elevar el borde de la piel con una pequeña gasa o algodón enrollado sobre un trozo de madera en forma de lápiz puntiagudo (palo de naranja), 3 o 4 veces al día, además se recomienda baños con agua tibia con algún agente antimicrobiano (yodopovidona) 3 veces al día. Usar calzado abierto.

2. Fase II: (fase de absceso)

La fase I puede evolucionar hacia la resolución del proceso o, por el contrario, progresar a la Fase II o formación de Absceso en «cuello de botella». En esta fase el niño presenta aumento de la zona enrojecida, edema (hinchazón), aumento de la sensibilidad y dolor; dificultad para la marcha y para el uso del calzado. El absceso puede drenarse espontáneamente produciendo una secreción inicialmente serosa, clara y pegajosa la cual posteriormente se hace purulenta. El tratamiento inicial consiste en tomar muestra de la secreción para realizar el análisis bacteriológico respectivo, con la finalidad de identificar la bacteria causante. Se inicia antibióticos de amplio espectro hasta tener el germen causante. Se administran antiinflamatorios por vía oral y tópicos con algún antibiótico.

3. Fase III (fase de Granulación)

La fase II puede evolucionar hacia la mejoría o puede progresar. En esta fase el niño puede presentar toque al estado general, con facies dolorosa, se le dificulta la marcha por lo que no quiere caminar y rechaza el calzado. El dedo presenta un aumento de volumen importante con los signos de inflamación característicos (calor, enrojecimiento, aumento de volumen y dolor). En esta fase el tratamiento es siempre quirúrgico, ya que el tratamiento conservador no produce buenos resultados y el proceso tiende a reincidir.

Tairon Diaz

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