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Vitamina B6

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La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble muy sensible al calor, a la cocción, a la luz ultravioleta y a la oxidación. Incluye en su composición al piridoxal, piridoxina y a la piridoxamina. Estas sustancias se convierten en fosfato de piridoxal, que actúa como una coenzima en el metabolismo de los aminoácidos, glucógeno, ácidos grasos, hormonas y neurotransmisores (serotonina). Es requerida para la adecuada absorción de la vitamina B12 y para la producción de ácido clorhídrico.

Debe estar presente para la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos. Ayuda al mantenimiento del balance de sodio y potasio, estos últimos encargados de regular los fluidos corporales. Promueve el normal funcionamiento del sistema nervioso y musculoesquelético. Existe evidencia de que puede ayudar en la prevención de las enfermedades cardíacas y en el síndrome del túnel del carpio.

También ha sido ampliamente recomendada en el síndrome premenstrual y en el asma. Puede ser efectiva al combinarse con el magnesio en el autismo. Como fuente alimentaria de esta vitamina se encuentran: carnes, hígado, riñones, leche, papas, bananas, aguacate, cereales de grano entero, germen de trigo y soya.

Esta vitamina se absorbe fácilmente del tracto gastrointestinal y no puede ser almacenada en el organismo por lo que debe ser consumida diariamente junto a otras vitaminas del complejo B. Se excreta por la orina. Las formas fisiológicamente activas de vitamina B6 son el fosfato de piridoxal y el fosfato de piridoxamina.

En el déficit de esta vitamina se ha observado hipoglicemia y baja tolerancia a la glucosa resultando en una hipersensibilidad a la insulina. También puede observarse: pérdida del cabello, edema, fisuras alrededor de la boca, nariz y ojos, dificultad en el aprendizaje, trastornos visuales, neuritis, artritis, desórdenes de conducción cardíaca, anemia microcítica hipocrómica. Algunos síntomas son similares a los de la niacina y riboflavina: debilidad muscular, nerviosismo, irritabilidad, depresión y dermatitis.

Existen varios tipos de síndromes vitamina B6 dependientes: las convulsiones, la anemia, la aciduria xanturénica, la cistationinuria y la homocistinuria. El diagnóstico de deficiencia de piridoxina puede hacerse por pruebas de carga de triptófano (ácido xanturénico urinario), por la medición de transaminasa plasmática y eritrocitaria, y por la concentración de fosfato de piridoxal.

Los antagonistas de la piridoxina, como la isoniazida, utilizada en el tratamiento de la tuberculosis, aumentan las necesidades de piridoxina, al igual que el embarazo y fármacos como la penicilamina, hidralacina, teofilinas y anticonceptivos orales que contengan estrógenos y progesterona. La piridoxina disminuye los niveles séricos de fenobarbital, fenitoina y levodopa.

Aunque no hay duda de que la piridoxina es esencial para la nutrición humana, el síndrome clínico de deficiencia de piridoxina no está bien definido. Pese a todo, podemos presumir que un individuo con deficiencia de otros miembros del complejo B puede tener una deficiencia relativa de piridoxina.

Se justifica la administración profiláctica a pacientes que reciben isoniazida o hidralazina para evitar el desarrollo de neuritis periférica así como en mujeres que reciban anticonceptivos orales. También se ha utilizado en el control de desórdenes neurológicos y en el control de las nauseas y vómitos del embarazo.

Las recomendaciones oficiales Canadienses y Estadounidenses como suplemento dietético de Vitamina B6 son las siguientes:

Lactantes
0-5 meses: 0.1 mg
6-11 meses: 0.3 mg
1-2 años: 0.5 mg

Niños
2-3 años: 0.5 mg
4-8 años: 0.6 mg
9-13 años: 1.0 mg

Adolescentes y adultos
Masculinos:
14-50 años: 1.3 mg
Mayores de 51: 1.7 mg

Femeninos:
14-18 años: 1.2 mg
19-50 años: 1.3 mg
51 años en adelante: 1.5 mg
Embarazadas: 1.9 mg
Período de Lactancia: 2.0 mg

En un estudio realizado a 11.658 adultos se encontró que el 71% de los hombres y el 90% de las mujeres ingerían una dieta deficiente en vitamina B6. Existen leves evidencias que la vitamina B6 puede ayudar en los siguientes casos: cálculos renales, depresión, alergia al glutamato monosódico, asma, diabetes gestacional, infecciones por VIH, diskinesia tardía, fotosensibilidad, vértigo, en los temblores producidos por la teofilina, dermatitis seborréica y en la enfermedad de Parkinson.

La vitamina B6 parece ser muy segura en dosis de hasta de 50 mg diarios. Dosis mayores pueden ser perjudiciales ya que pueden lesionar los nervios, producir ataxia y empeorar el acné.

José Tacher

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