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Control de infecciones en la consulta odontológica

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Odontología preventiva. Durante la consulta Odontológica todo el personal que atiende a los pacientes debe observar ciertas normas y reglas, para así evitar la transmisión de enfermedades del paciente al odontólogo y viceversa.

El Odontólogo debe explicar al paciente la importancia de una historia clínica completa y asertiva, donde se asienten todos los sucesos importantes de su vida, sus antecedentes personales y familiares, y donde todos los detalles deberán ser tomados en cuenta para poder determinar la presencia de alguna enfermedad general que tenga algún nexo con las enfermedades bucales que presenta el paciente.

Mientras el odontólogo atiende al paciente, deberá utilizar un tapaboca desechable de buena calidad, que le permita respirar adecuadamente, comunicarse con la Higienista dental y con el paciente mismo. El tapaboca debe estar limpio y ser desechado con cada paciente o cada vez que se dañe o ensucie durante los diferentes procedimientos clínicos.

El uso de lentes protectores por parte del profesional, se ha convertido en parte esencial del equipamiento. Opcional, aunque muchas veces importante, es la pantalla protectora para toda la cara. Es una regla que no se debe romper el que todo lo que toque la boca del paciente debe estar esterilizado o ser desechable.

Entre estos materiales desechables se encuentra el eyector de saliva y el aspirador de alta succión, que son usados individualmente para cada paciente. Otros materiales desechables utilizados durante la consulta son: el vaso para enjuagarse; el babero, preferiblemente impermeable, para no mojar o manchar la ropa del paciente; guantes de látex; protectores plásticos de la lámpara; gasas y algodones.

Entre cada paciente, el Odontólogo debe tomar un tiempo prudencial para desinfectar el área de trabajo, la unidad odontológica (sillón), jeringa de agua-aire, la turbina (taladro), lámpara, escupidera, bandeja de instrumentos y todo lo que es utilizado de manera repetida con cada paciente.

Existen aerosoles y soluciones que cumplen muy bien para este propósito. También se debe eliminar todo lo desechable y disponerse de una manera adecuada, preferiblemente en recipientes que aseguren que no ocurrirá ningún accidente, como pinchazos con materiales contaminados del personal de limpieza o derrames de sustancias tóxicas.

Luego de finalizada la consulta, se debe tomar todo el instrumental utilizado y lavarse muy bien con sustancias jabonosas, químicos que desinfecten y de comprobada efectividad, o ultrasonido, para eliminar todo residuo orgánico que pueda permanecer en la superficie del instrumento y así impedir la contaminación o infección de otros objetos o pacientes.

En este sentido, existen básicamente dos métodos de esterilización, ambos a base de calor, uno seco y otro húmedo. Cualquiera de los dos que sea utilizado por su odontólogo es excelente, siempre y cuando se utilicen en el tiempo y forma adecuada. Así mismo, estos aparatos de esterilización deben mantenerse en buen estado para así asegurar que cumplan con su función eficientemente.

Todo el espacio destinado al tratamiento del paciente debe estar muy limpio, recordemos que se trata de la salud, libre de cualquier fuente de contaminación, de superficies lisas, sin alfombras que tienden a conservar contaminantes como bacterias, vapores y otros. Existen normas y procedimientos internacionales que deben cumplirse.

Todo lo dicho anteriormente, está destinado a proteger al profesional de la salud, a la asistente dental, al higienista y al paciente de cualquier enfermedad transmisible en el consultorio odontológico como, por ejemplo: hepatitis (A,B,C), la gripe, el herpes, el SIDA, sífilis, hongos, etc., persiguiendo la seguridad y salud de todos los participantes.

La colocación de barreras para evitar el contagio o transmisión de enfermedades en la consulta odontológica, es el objetivo principal para el inicio de una relación Odontólogo paciente saludable.

Alfredo E. Natera G.

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