Alrededor del 75% de las personas entre los 12 y los 25 años desarrolla el acné juvenil. Pero, como esta enfermedad de la piel es tan común y desaparece con los años, no se le toma con mucha seriedad.
Las clásicas espinillas y puntos negros pueden ser un verdadero martirio para los adolescentes que las padecen.
El 85% de las personas entre 12 y 25 años desarrollan acné juvenil. Este problema, a pesar de ser tan corriente, puede contribuir a bajar la autoestima.
Sin embargo, en una sociedad en que la cara es la carta de presentación, es importante mantener la piel sana, sin cicatrices ni hoyuelos causados por un acné no tratado o, peor aún, mal tratado.
Hay diferentes grados de acné, los que están clasificados por los dermatólogos de la siguiente manera:
Los «puntos negros» se originan cuando se tapa el orificio de salida de la glándula sebácea. De esta manera, el sebo no puede salir y se pone duro, cuando se asoma a la superficie, se oxida y se pone negro.
La espinilla tiene el mismo origen, pero produce una infección del sebo atrapado en el poro. Las bacterias en su ambiente ideal -con mucho alimento y buena temperatura- se multiplican lo que provoca inflamación, y lesiones elevadas, rojas y con pus.
Para tratar el acné grado1: existen diversas lociones y jabones que se recetan según el tipo de piel del paciente (los más usados contienen ácido retinoico y ácido glicólico). «Es recomendable tratar este tipo de acné porque es un precursor de lesiones más serias», explica la dermatóloga de la Universidad de Chile en Santiago, Graciela Cárdenas.
Aunque las lociones y medicamentos son poco invasivos, a veces no son bien tolerados y, cuando se usan en exceso, pueden causar irritación.
En las etapas sucesivas de acné hay que asociar derivados de peróxido de bensoilo que actúa como exfoliante -eliminando la escama- y antibacterial- que reducela población de gérmenes-. También se pueden asociar antibióticos tópicos para desinfectar la piel cuando existen espinillas.
Para casos más extremos existen los antibióticos orales. La tetraciclina es muy efectiva, pero es mal tolerada por el sistema digestivo y no se puede usar en niños menores de 12 años, porque produce pigmentación en los dientes. Además, en algunos casos aislados, se produce intolerancia al sol. Existen otros antibióticos derivados de la tetraciclina que son mejor tolerados, pero también más caros.
El tratamiento del acné quístico se realiza sobre la base de retinoides orales (derivados de la vitamina A), pero tiene que administrarse bajo estricta vigilancia médica porque puede producir trastornos en el metabolismo de las grasas.
Peelings: Es un tratamiento complementario. Se trata de exfoliaciones hechas en forma dirigida y más profundas de lo que puede lograr una crema. Lo que hace es eliminar la epidermis superficial -con ácido glicólico, resorcina y ácido tricloroacético- para producir un efecto de emparejamiento de la piel. Luego de la intervención, el paciente debe protegerse del sol.
Aunque la literatura diga lo contrario, hay ciertos alimentos que inciden en la aparición del acné. Se ha demostrado, con la experiencia de los pacientes, que las grasas, los aliños, el cacao y las semillas como nueces, maní, almendras y avellanas incentivan la aparición del acné.
En general, se produce una mejoría del acné durante el verano. Las radiaciones ultravioleta tienen propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que ayudan a su recuperación. Sin embargo, el sol sólo ayuda en forma temporal, y trae otros problemas como el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de tumores.
Enviado por Adriana López