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Conducta del bebé

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Desde que nace, tu bebé se comunica con el mundo a través de sus sentidos, y responde de distintas maneras a los estímulos; algunas veces lo hace instintivamente, pero pronto aprende a utilizar diversas manifestaciones para intentar transmitir lo que desea, o lo que lo está molestando.

Reflejos

El bebé dispone de una serie de mecanismos, llamados reflejos, que son conductas que se ponen en marcha cuando se producen determinadas condiciones, es decir, cuando recibe ciertos estímulos. Son mecanismos esenciales para la supervivencia, como cerrar la manita alrededor de tu dedo en cuanto lo siente en la palma de su mano; ésta es una conducta de prensión, de agarrar el objeto. Más tarde, este reflejo de prensión será una conducta intencional, que llegará hasta el manejo de la mano para alcanzar objetos y que culminará con movimientos muy finos, para lograr convertir a la mano en una de sus más valiosas herramientas.

¿Por qué llora el bebé?

Para los bebés, el llanto es una verdadera forma de lenguaje; es su medio de comunicación. Como nuevos padres, ajenos a este lenguaje, al principio no sabrán diferenciar los diversos tipos de llanto que el bebé utiliza para expresar diversos estados de ánimo. Pero la práctica hace al maestro, y observando el lenguaje corporal de tu bebé, y escuchando sus distintos llantos, sabrás interpretar sus mensajes con bastante exactitud.

El llanto de dolor. Comienza con un grito y se interrumpe de vez en cuando mientras el bebé recupera el aliento. El llanto en sí es más prolongado que de costumbre; la cara se le enrojece y el pequeño flexiona brazos y piernas sobre el abdomen. ¿Qué tiene? Probablemente, cólicos o agruras.

El llanto de coraje. El hecho de que sea chiquito no quiere decir que no tenga su genio. Si está contrariado, el bebé lo expresa ruidosamente. Si está enojado porque no lo están cargando, este llanto puede durar horas, y si al principio es un poco violento, con el tiempo se vuelve más bien un sonsonete continuo, a medida que el bebé se va cansando.

El llanto por hambre. Es un llanto básico, que se va haciendo más sonoro y más rítmico, aumentando su volumen mientras continúa. En los bebés desnutridos, este llanto suele ser tremendamente agudo.

El llanto por molestia. Si está irritado, si no lo has cambiado, si tiene calor, frío, o está molesto físicamente por cualquier circunstancia, tu bebé te lo hará saber con un llanto francamente desesperado.

Lo importante aquí es no desesperarse, sino aprender a distinguir los distintos tipos de llanto (y por lo tanto de mensaje), que el bebé está enviando.

Enviado por Javier Delgado

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