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Vitamina B1

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La tiamina fue el primer miembro identificado del complejo vitamínico B (Vitamina B). La falta de tiamina produce una forma de polineuritis llamada Beriberi; enfermedad que se generalizó en Asia Oriental en el siglo XIX debido a la introducción de máquinas arroceras a vapor que produjeron arroz descascarado, eliminando la cáscara rica en vitamina.

El alcoholismo, la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad de Crohn, la anorexia, la diálisis renal, la deficiencia de folato y la esclerosis múltiple pueden acompañarse de una deficiencia de esta vitamina que frecuentemente puede obtenerse de la carne porcina, vísceras, pescados, mariscos, germen de trigo, granos enteros, nueces, semillas, cereales y pan enriquecido. Es muy sensible al calor en medio alcalino o neutro, al aire y es rápidamente extraída de los alimentos por el agua de la cocción.

La Tiamina es una molécula orgánica que contiene una pirimidina y un núcleo de tiazol. Funciona en el organismo en forma de coenzima, el pirofosfato de tiamina (TPP). La conversión de tiamina a su forma de coenzima se realiza con el trifosfato de adenosina (ATP) como donante de pirofosfato (PP).

Está prácticamente desprovista de acciones farmacodinámicas, cuando se administra en las dosis terapéuticas habituales. Incluso a grandes dosis no tiene efecto sobre la concentración sanguínea de glucosa, pese al papel fisiológico de la vitamina en el metabolismo intermedio de los hidratos de carbono.

En la deficiencia de tiamina, la oxidación de alfacetoácidos está deteriorada, y el aumento de concentración sanguínea de piruvato y lactato se ha utilizado como uno de los signos diagnósticos del estado carencial. Una prueba diagnóstica más específica, se basa en la medición de la actividad de transcetolasa así como de pirofosfato de tiamina en los eritrocitos.

La absorción de las cantidades dietéticas habituales de tiamina del tracto gastrointestinal se hace por transporte activo dependiente del sodio; en mayores concentraciones la difusión pasiva también es importante. Esta se ve disminuida en los trastornos gastrointestinales
o hepáticos.

Cuando la ingesta es mínima o baja, poca o ninguna tiamina se excreta por la orina. Cuando la ingesta excede el requerimiento mínimo o es alta, las reservas de los tejidos se saturan primero y después el exceso aparece en la orina como tiamina intacta o pirimidina, que surge de la degradación de la molécula de tiamina. No se le conocen efectos tóxicos, a menos que se trate de hipersensibilidad individual.

La deficiencia de tiamina puede traer como consecuencia una digestión inadecuada de los carbohidratos así como una elevación de ácido pirúvico en sangre. Esto causa una deficiencia de oxígeno que resulta en una pérdida de la agudeza mental del individuo así como dificultad para respirar y daño cardíaco. Entre los primeros signos que se observan están: fatiga, pérdida del apetito, irritabilidad y labilidad emocional.

Luego le sigue confusión, pérdida de la memoria, trastornos gastrointestinales, irregularidades cardíacas, sensación de punzadas, hormigueo y ardor a nivel de miembros inferiores, parestesias (adormecimiento) de los pies y sus dedos, disminución de reflejos tendinosos, pérdida de la sensibilidad vibratoria, hipersensibilidad y calambres de los músculos de las extremidades inferiores, insuficiencia cardiaca congestiva y alteraciones psíquicas.

También puede ocurrir inflamación del nervio óptico y ptosis (caída) palpebral. La ronquera constituye un signo característico. Los síndromes de deficiencia de tiamina que se ven clínicamente pueden ir desde el beriberi a la encefalopatía de Wernicke, el síndrome de Korsakoff y la polineuropatía alcohólica.

Estudios recientes le sugieren un rol importante en el manejo de la insuficiencia cardiaca congestiva, ya que el corazón depende de la vitamina B1 para su normal funcionamiento. Pacientes que reciben diuréticos tipo furosemida pueden presentar un riesgo mayor de deficiencia de tiamina ya que estos depletan el organismo de ella.

Individuos con alcoholismo, enfermedad de Crohn, anorexia y esclerosis múltiple pueden beneficiarse de suplementos de tiamina como parte de su soporte nutricional.

Observaciones recientes en individuos HIV positivos con altas dosis de tiamina y otras vitaminas del complejo B presentaron mayor supervivencia, mientras que un estudio similar encontró que aquellos que tomaban altas dosis de tiamina o niacina presentaban menores probabilidades de desarrollar la enfermedad. Otros estudios lo refieren como parte del tratamiento de epilepsia, estomatitis y de enfermedades como Alzheimer y fibromialgia, pero aún falta por recolectar mucha evidencia.

La tiamina también puede jugar un papel negativo en la quimioterapia contra el cáncer. Investigadores descubrieron que la administración excesiva de vitamina B1 puede contribuir al crecimiento de las células tumorales por aumentar la oferta de ribosa, sustrato necesario para su crecimiento.

El uso terapéutico de la tiamina es el tratamiento o la prevención de su deficiencia. La dosis dependerá de la ingesta calórica del individuo.

Las recomendaciones oficiales Canadienses y Estadounidenses como suplemento dietético de Vitamina B1 son las siguientes:

Neonatos a 5 meses: 0,2 mg/día.
6 a 11 meses: 0,3 mg/día.
1-3 años: 0,5 mg/día.
4-8 años: 0,6 mg/día.
9-13 años: 0,9 mg/día.
14 años en adelante (masc.): 1,2 mg/día.
14-18 años (fem.): 1,0 mg/día.
19 años en adelante (fem.): 1,1 mg/día.
Embarazadas: 1,4 mg/día.
Período de lactancia: 1,5 mg/día.mg/día.

Como las vitaminas B tienden a trabajar conjuntamente, muchos expertos nutricionistas recomiendan tomarlas en forma de complejo B. La vitamina B1 parece ser muy segura inclusive cuando se ingiere a altas dosis. Tenga presente que al ingerir diuréticos, usted necesitará aumentar su ingesta diaria.

José Tacher

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